Opinión

La barbaridad de subir impuestos

María Jesús Montero, ministra de Hacienda

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, mantiene sus planes para presentar mañana las conclusiones del grupo de expertos a los que encomendó en abril la tarea de diseñar una reforma fiscal.

Lo hace pese a que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmara que antes de poner en marcha las medidas, las discutirá con los agentes sociales y los partidos políticos. Los efectos sobre la industria y los precios ante la escalada del conflicto con Rusia aconsejan esta prudencia, si bien no corrige el fondo de la cuestión: la intención del Ejecutivo de subir impuestos. Y es que, como ya ocurrió con el salario mínimo, el informe de los especialistas a los que el Gobierno pide consejo es solo una excusa para justificar una hoja de ruta que Hacienda ya ha decidido de antemano y que pasa por incrementar el castigo fiscal a las empresas, por Sociedades, a los trabajadores en el IRPF y la persecución a aquellos que considera ricos. Esto explica la defensa a ultranza de un impuestos prácticamente extinto en los países desarrollados, como Patrimonio. Esta postura ya resultaba anacrónica y errónea en un entorno marcado por la recuperación de la pandemia y una inflación al alza. Pero es una barbaridad hacerlo en mitad de un enfrentamiento entre la OTAN y Rusia de consecuencias imprevisibles, y que ya repercute en la energía y las materias primas y amenaza la recuperación de sectores clave, como el turismo.

Hacienda utiliza a los expertos solo como coartada para aprobar una hoja de ruta fiscal que ya tenía decidida de antemano

Desde luego, no es el momento de anunciar una subida de impuestos. Y el mero hecho de presentarla, como hará el Gobierno este jueves, lanza un mensaje de incertidumbre no solo entre empresas y trabajadores, sino también entre los inversores, que se alejarán de España en un momento crítico.

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