Enagás prepara una profunda reorganización en su cúpula que pasará por el relevo del actual CEO, Marcelino Oreja. Además, el presidente Antonio Llardén reducirá sus funciones ejecutivas, que recaerán en el futuro consejero delegado Arturo Gonzalo Aizpiri.
Asimismo, Enagás ha encargado a Rotschild buscar un inversor para su negocio de gas renovable e hidrógeno, al que pretende segregar en una filial. Ambos movimientos están estrechamente relacionados. Oreja se encargó de la internacionalización de Enagás y, tras culminar su labor, deja paso a Gonzalo Aizpiri, cuya misión es impulsar la pata renovable del negocio del gestor gasista. Queda así patente la apuesta por la sostenibilidad de Enagás, que es adecuada en el actual contexto de descarbonización.
