
Que la reforma laboral, largamente negociada, haya contado con el ansiado consenso de Gobierno, patronal y sindicatos es, ya de por sí, una buena noticia. Pero, ¿qué opinan los trabajadores españoles sobre la reforma laboral?
Desde Infojobs hemos preguntado a la población activa española sobre los principales aspectos de la reforma laboral y la conclusión más relevante es que existe mucho desconocimiento acerca del contenido de dicho real decreto ley. De hecho, la mitad de la población ocupada y desocupada afirma estar poco informada sobre el tema. Sin embargo, el segmento de edad que declara ser más conocedor del contenido son, por sorpresa o no, los más jóvenes; aquellos que tienen entre 16 y 24 años.
La verdad es que no debería extrañarnos, ya que son varias las medidas de la reforma que pueden ser determinantes para su presente y su futuro como trabajadores. Las cuestiones en relación a la temporalidad son, sin duda, de las principales.
El final de los contratos de obra y servicio y las limitaciones a los temporales -ya sean por circunstancias de producción o por sustitución- pretenden reducir el endémico problema de la dualidad del mercado laboral español. Las medidas para reducir la temporalidad son, con diferencia, las mejor acogidas por parte de la población.
De hecho, según nuestro informe, el 77% de los encuestados que afirma estar informado sobre el tema, ve con buenos ojos que se penalice a las empresas que abusen de la rotación de los trabajadores temporales. Además, el 62,5% apoya que se regule la contratación indefinida para las Empresas de Trabajo Temporal (ETT); y el 62% está a favor de que se limite a un 15% los contratos temporales en su plantilla, en sectores específicos.
Los convenios son otro de los aspectos clave. La Reforma establece que los convenios colectivos seguirán en vigor mientras duren las negociaciones para la firma del siguiente acuerdo. Hasta ahora vencían si al cabo de un año de su denuncia no se había firmado uno nuevo. Los convenios sectoriales primarán sobre los de empresa únicamente en lo relativo a salarios base y complementos.
¿Y en cuanto a los Erte? La herramienta, que se ha mostrado eficaz para el mantenimiento del empleo en situaciones complicadas como la actual pandemia, se refuerza para cubrir a las empresas en apuros económicos e incluso para desplegarse de forma amplia (como durante los dos últimos años) para toda la actividad económica o sectores concretos. En todo caso, se vincularán a acciones formativas del personal contratado. La fórmula de los Erte destaca por su alta aceptación entre los segmentos más adultos: 62% en el caso de los encuestados de entre 45 y 54 años y 63% entre los que tienen de 55 a 65.
Una cuarta cuestión que resulta fundamental es la que hace referencia a los contratos de formación. Con la Reforma, se modifican las tipologías actuales para acercar más su uso al momento de finalización de los estudios por parte del trabajador, incluyendo además nuevas limitaciones en cuanto a duración del contrato y de la jornada laboral.
De las muchas medidas aprobadas, únicamente las cuestiones relativas a la temporalidad tendrán una incidencia significativa en el mercado laboral español. Pero la variedad de escenarios en que podrá seguir recurriéndose a la contratación temporal deja mucho margen de maniobra a las empresas. Seamos claros: solo la implicación de las propias compañías en reducir la temporalidad y una mayor vigilancia por parte de la inspección podrán lograr este objetivo.
Quizá es este el motivo por el que un 31% de la población activa considera que aumentarán los pagos en B, mientras que un 48% cree que la reforma laboral reducirá el uso fraudulento de determinados contratos. Una vez más: un compromiso firme y real de las empresas ante este nuevo escenario será clave.
En 2021, solo el 7% de los contratos iniciales firmados fueron indefinidos. Si las limitaciones a los contratos temporales y las facilidades de flexibilidad de los nuevos Erte logran incrementar significativamente ese porcentaje en 2022, podría darse por iniciada la senda para enmendar un problema estructural como es la dualidad del mercado laboral español. Ese es el reto.