Nada más entrar en vigor, la reforma de las pensiones que vuelve a vincular las prestaciones al IPC ha descuadrado las previsiones que el Gobierno plasmó en sus Presupuestos, redactados en septiembre.
La desviación entre la inflación media de referencia que las cuentas estimaban (1,9%) y la que se registró sólo dos meses después, en noviembre (2,5%), supera los 750 millones de euros y eleva la factura hasta los 3.125 millones. Por si fuera poco, la desviación afecta también a la paguilla compensatoria de los jubilados, que añade otros 2.000 millones al gasto. Un total de 5.125 millones de euros para mantener el poder adquisitivo de los pensionistas que muestra el alto peaje que pagará la sostenibilidad del sistema de pensiones por esta reforma.
