
Cuando se aborda el estudio de los movimientos bursátiles y de la ciclicidad de las rentabilidades bursátiles, sobre todo al acercarse el fin de año, uno podría pensar que en cierta manera está haciendo estudios "cabalísticos" y que, de alguna manera, obtiene los resultados que quiere obtener, retorciendo los números (el papel lo soporta todo) y dejando a un lado los fundamentales de las compañías y la visión de largo plazo de las mismas.
Y, sin embargo, más allá de ser un paseo aleatorio, se observan ciertos patrones de ciclicidad en ciertos meses, ¿recuerdan el "sell in may"? algo que también tiene que ver con las subidas de los meses de octubre, noviembre y diciembre. Esto, obviamente, no está escrito en piedra y hay años en que las excepciones ponen a prueba la regla.
Podríamos pensar que los meses de noviembre y diciembre son propicios gracias a las festividades del día de acción de gracias (Black Friday) en USA y Navidad en Europa, gracias al consumismo propio de dichos festivos. Algunos argumentan también que las carteras se ajustan de cara a comienzos de año, o que se puede invertir la liquidez, o el optimismo propio de las festividades y la esperanza de un año mejor.
En cualquier caso, hay hechos llamativos y que resumimos a continuación:
En el mercado americano, el S&P 500 ha alcanzado en diciembre una rentabilidad media del 1,4%, desde su inicio en 1928 y el Dow Jones del 1,32%.
En los últimos 30 años, la rentabilidad media del S&P 500 en noviembre ha sido del 1,98% frente al de diciembre de 1,06%. Mientras que el agosto y septiembre fue negativa. Algo parecido ocurre en el Eurostoxx 50, que en los últimos 30 años ha subido de media un 2,07% en noviembre y un 1,91% en diciembre.
El último trimestre del año durante los últimos 39 años fue, de media, el más rentable para el Dax. Además, diciembre fue el segundo mejor mes del año, con un incremento mensual del 1,95% y desde 1988, sólo ha habido ocho meses de Navidad en los que el índice alemán ha registrado pérdidas.
En cualquier caso, todavía escuece las caídas de diciembre de 2018, donde el S&P 500 llegó a caer un 9%. Y es que, en los mercados financieros, ninguna regla es inmutable y las excepciones suelen poner a prueba los dogmas establecidos.