
"Nuestros hábitos han cambiado". Esta frase, que, sin duda es una obviedad, tiene un subtexto muy interesante puesto que pone de manifiesto que el sistema social, comercial y comunicativo han cambiado desde hace ya algunos años. La aparición, desarrollo y masificación del uso de smartphones son los principales responsables de este cambio de hábitos.
El mundo, cada vez más interconectado, ha visto cómo la hiperconectividad ha roto por completo cualquier tipo de barrera física y temporal. Las aplicaciones, por su parte, son cada vez más concretas, fáciles de realizar y tienen el objetivo de facilitarnos la vida. Más aún desde el pasado año, donde experimentamos una mayor privación de nuestro día a día y los smartphones paliaron esta falta de normalidad para conectarnos y ofrecernos otros recursos para seguir viviendo en una "normalidad aparente".
Tanto es así que, tal y como indican desde Ditrendia a través de su informe 'Mobile 2021 – España y Mundo', los usuarios dedican una media de 6 horas y 54 minutos diarios a dispositivos conectados; lo que se traduce en que invertimos 105 días enteros anuales a conectarnos. Para más inri, el mismo estudio indica que ya el 97,1% de la población mundial cuenta con un teléfono móvil, de los que la mayoría (un 96,6%) son teléfonos inteligentes.
Un cambio de paradigma que nos facilita todas y cada una de nuestras facetas de la vida diaria ya que todo lo tenemos a un golpe de clic en cualquier momento y en cualquier lugar. En España en concreto, los datos también son muy llamativos puesto que los españoles pasamos una media de 4 horas y 12 minutos conectados a Internet.
El aumento en el uso de nuestros móviles ha desarrollado toda una industria que no para de crecer, tal y como la de las aplicaciones para smartphones. En 2020, con la llegada de la pandemia, la descarga de apps móviles creció un 7% y el gasto en las mismas aumentó un 20% situándose en los 143 millones de dólares.
Su éxito está en la especificación y rapidez para cubrir una necesidad. Actualmente, las aplicaciones son más pequeñas y rápidas por lo que suponen una solución sencilla para que cualquiera pueda ayudarse de ellas ante cualquier situación. Y cuando decimos cualquiera, es cualquiera: acceder a la banca online para comprobar tu saldo y ahorros, servicios de mensajería, videollamada, información, clases, etcétera. Aunque, sobre todo, su crecimiento ha llegado en el sector del comercio móvil. En España, un 75% de los usuarios ya ha comprado a través de sus dispositivos móviles.
Ante esta demanda de aplicaciones por parte de los usuarios para tener todo en la palma de la mano, el mercado ha respondido y ha visto en esta herramienta una gran oportunidad de negocio. De hecho, el 93% de los profesionales de marketing en España creen que el móvil es uno de los canales más importantes de venta y desarrollo de negocio. ¿Dónde están mis usuarios? De una u otra manera se encuentran conectados a Internet a través de un smartphone por lo que ajustar la estrategia a esta herramienta de a manera adecuada puede ser muy beneficioso.
Volviendo al sector del comercio electrónico, el estallido llegó con la pandemia. Viendo y experimentando limitaciones para movernos con normalidad, 2020 se convirtió en el año de mayor crecimiento en la venta online y con ello, con el desarrollo de aplicaciones destinadas a esta actividad. El gasto en comercio digital ascendió a 10,5 billones de dólares en 2020 y se espera que alcance los 11,6 billones a finales de 2021, (un 11,5% más que el año anterior). Unas cifras que sitúan al comercio móvil en el 73% del valor total de las transacciones digitales y llegando a aumentar dos puntos (75%) a finales de 2025.
Si echamos la vista atrás unos años, se nos hace complicado pensar a vida de cualquier usuario sin muchas de las aplicaciones que utilizamos en nuestro día a día. Tan simples como un GPS o un servicio gratuito de mensajes. Las aplicaciones han llegado con mucha fuerza y todavía no sabemos en lo que pueden convertirse. Lo que sí está claro es que han llegado para quedarse de una manera totalmente cotidiana en nuestras vidas.