
Cepsa arranca un proceso de reordenación interna para dotar de mayor autonomía a sus filiales. Además de proporcionar mayor flexibilidad a la compañía, la acción busca también que su división química pueda operar de forma autónoma, con el objetivo de dotarla de mayor autonomía para potenciar su crecimiento y consolidar su liderazgo, para ello la compañía está explorando todas las opciones de futuro, incluida la venta o la entrada de un socio.
La petrolera seguiría así los pasos dados por otras empresas como BP, que se desprendió este año de su negocio químico por 5.000 millones, y la austriaca OMV. Se trata, por tanto, de un paso lógico de Cepsa con su filial química, que se antoja adecuado para maximizar su valor. Máxime si se tiene en cuenta su posición de liderazgo mundial en detergentes y sus excelentes perspectivas de crecimiento.