Opinión

Síntomas preocupantes en el PIB

María Jesús Montero, ministra de Hacienda

La Comisión Europea amplía el ya muy nutrido grupo de expertos e instituciones que recortan las previsiones de avance del PIB español. Con todo, los nuevos pronósticos de Bruselas revisten una especial importancia.

No en vano la rebaja que aplica el Ejecutivo comunitario es llamativamente drástica. Como resultado, el avance pronosticado para este año ya ni siquiera es capaz de alcanzar la barrera del 5% y se quedará en muy magro 4,6%. Es cierto que aún se espera una aceleración en 2022, pero el crecimiento el año próximo se situará en el 5,5%, casi un punto por debajo de lo que la Comisión preveía antes del verano. Como resultado, la posición que España ocupaba en comparación con el resto de las grandes economías del euro se deteriora por completo. Nuestro país deja de ser el integrante de ese grupo con mejores expectativas de crecimiento y ahora destaca como el único cuyo crecimiento acumulado entre 2021 y 2022 no bastará para compensar la caída que su PIB sufrió en 2020. Tan insólita situación pone todavía más en tela de juicio las previsiones sobre las que se basan los nuevos Presupuestos del Estado. Pero no es ése el principal problema. Muy probablemente, los nuevos cálculos de la Comisión han tenido en cuenta los decepcionantes datos de Contabilidad Nacional que España mostró en el segundo y en el tercer trimestre.

La tardanza de la economía española en compensar su caída de 2020 delata importantes daños de carácter estructural

En ambos casos quedó demostrado que ni el levantamiento del estado de alarma ni la temporada de vacaciones de verano, pese a la reanimación del turismo, impulsaron el PIB como se esperaba. Todo apunta así a que la economía ha sufrido daños estructurales en ámbitos clave como el consumo y la industria que están socavando la recuperación.

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