La evolución en bolsa de Facebook es el mejor indicador del modo en que se complica su horizonte. El gigante de las redes sociales cotizaba hace tan solo un mes en máximos históricos equivalentes a 382 dólares por acción.
Ahora, sus títulos acumulan un descenso del 13% y Facebook cotiza por debajo del multiplicador medio del S&P 500. No es la primera vez que ocurre esta situación y los analistas matizan que las expectativas de beneficios y de ingresos por publicidad aún son muy altas para la multinacional. Con todo, en esta ocasión se cierne sobre ella una tormenta perfecta no sólo provocada por el apagón de la semana pasada. El proceso abierto contra ella por prácticas contrarias a la ética empresarial puede suponer daños aún difíciles de prever.
