
Hoy termina el plazo de aceptación de la opa parcial de IFM sobre Naturgy, un plazo en el que el fondo australiano protagonizó todo un viraje en cuanto a sus intenciones sobre la empresa española.
El propósito inicial de convertirse en un accionista con vocación larga permanencia que evitaría inmiscuirse en la gestión queda en palabras vanas. Es imposible conciliar ese discurso con las pretensiones de IFM de recortar el dividendo de Naturgy o contar con dos representantes en el consejo de administración, lo que permitiría bloquear decisiones con el apoyo de los consejeros de GIP o CVC. IFM no sólo muestra así una flagrante incoherencia. Además, alimenta las sospechas de que su intención real es llegar a acuerdos con los otros fondos y cambiar la hoja de ruta de Naturgy.