
El pacto entre Trabajo y sindicatos para elevar el Salario Mínimo este año es ya una realidad. Las patronales quedaron fuera del acuerdo, pese a sus avisos de que un tercio de las empresas prevén despidos derivados del nuevo incremento.
El Banco de España, por su parte, insiste en que el alza perjudicará la inserción laboral de jóvenes y otros colectivos vulnerables. Con todo, ya es conocida la suerte que corrieron los anteriores avisos del regulador sobre esta materia. Pese a su incontestable base científica, Trabajo llegó al extremo de negar la evidencia y aseguró que el supervisor nunca atribuyó efectos nocivos al avance del Salario Mínimo. Con esa actitud, no sólo sufre el diálogo social un innecesario daño. Más grave aún es el obstáculo que sufrirá la creación de empleo en plena recuperación.