Este mes el principal índice bursátil alemán, el Dax, aumentará su número de integrantes de 30 a 40, los mismos que ya tienen el Cac francés y el FTSE italiano.
Por el contrario, en España, no hay planes para aplicar una ampliación semejante al Ibex pese a que nueve de cada diez analistas defienden las ventajas de romper su límite actual de 35 componentes. No en vano existen argumentos de mucho peso a favor de la ampliación. Un Ibex 40 presentaría una mayor diversificación y dejaría de estar tan marcado por el lastre frente a sus comparables que supone el gran peso actual de sectores como el financiero. Pero, sobre todo, si el selectivo español dejara atrás el diseño que mantiene desde 1992, sería más representativo de la realidad actual de la economía española gracias a la entrada de empresas como Rovi, Logista o Sacyr.