
Tras el aprobado del Ecofin, España superó la última prueba que permitirá liberar los primeros 9.000 millones de las ayudas europeas contra la crisis destinadas a nuestro país. Sin embargo, resultaría ingenuo pensar que el camino está allanado para la inmediata canalización de esos recursos hacia la economía española.
Lo cierto es que apenas ha habido avances, en lo que respecta a los instrumentos de gestión de las ayudas, desde que el Gobierno definió en abril las seis grandes áreas que cubrirán los futuros Proyectos Estratégicos para la Recuperación (conocidos como Pertes). Tres de ellos están aún por definirse más allá de la denominación genérica que los identifica. Es más, el único de los seis que ya ha sido presentado, el relativo al automóvil eléctrico, ha sorprendido al sector por la escasez de concreción que aún presenta. Los últimos meses tampoco sirvieron para que las empresas, en especial las pymes, sepan cómo acceder a las nuevas inversiones. De hecho, el principal instrumento a su alcance para informarse de las convocatorias, CEOExEuropa, es un portal de consulta a escala de la UE, y lo puso en marcha la patronal. Faltan también detalles cruciales sobre el reparto de las ayudas por ministerios y, aún más importante, por autonomías. Los presidentes regionales presentes en la muy reciente Jornada Next Generation de elEconomista coincidieron en que aún carecían de plazos y reglas claras a este respecto.
Siguen sin concretarse los aspectos más importantes para el reparto de los fondos 'Next Generation' en nuestro país
Van así camino de materializarse los temores expresados por el Banco de España y la AIReF acerca de la capacidad de gestión de las ayudas por parte del sector público. Nuestro país se arriesga a infrautilizar los recursos sin los cuales será imposible su recuperación.