
Marzo no sólo marcó un hito para la deuda pública en términos absolutos (1,4 billones) sino también en términos relativos.
Para encontrar un pasivo equivalente al 125,3% del PIB es necesario remontarse a 1881. Pero más grave resulta la actitud del Gobierno ante este problema. La AIReF ya denunció que España, a diferencia de sus socios europeos, remitió a la UE un Plan de Recuperación sin hoja de ruta para sanear las cuentas públicas; mientras, el Banco de España alerta de que, con esta inacción, el nivel de deuda pre-Covid no se recuperará hasta 2035. Son todos avisos completamente desoídos por el Ejecutivo cuya única, y temeraria, respuesta pasa por seguir subiendo el gasto y los impuestos, al tiempo que se encomienda al BCE para que siga haciendo sostenible la deuda.