El Gobierno se decanta por el modelo portugués para desarrollar su sistema de pagos en autovías de alta capacidad para contribuir a su mantenimiento. Dicho modelo se basaría en la instalación de pórticos metálicos que no interrumpen la circulación y permiten el pago telemático.
Este sistema resulta menos costoso que la instalación de barreras; además, la experiencia del país vecino evidencia que se puede definir un sistema flexible, que prevea descuentos para residentes y empresas. El modelo portugués ofrece así un equilibrio entre la eliminación de peajes que España experimenta (ya es el país europeo con menos tramos de pago) y la necesidad de garantizar ingresos que aseguren el buen mantenimiento de la red de autopistas.
