
La reforma fiscal del presidente Biden implicará consecuencias mucho más allá de EEUU, debido a propuestas como fijar un tipo mínimo global del 21% en Sociedades para las multinacionales.
Una iniciativa así sólo puede tener una inmediata repercusión en un área como la UE, enfrentada, desde hace años, al problema de la elusión fiscal de firmas como Facebook en su territorio. Ahora bien, es obvio que los Estados europea ya no buscan sólo una tributación más justa de las multinacionales. Ante una crisis que fomenta los multimillonarios programas de estímulos públicos, urge encontrar fuentes que los sufraguen. Todo apunta, por tanto, a que la armonización global de Sociedades es la punta de lanza de una subida general de los impuestos a las empresas a escala global.