
El número de patentes solicitadas ha aumentado en los últimos años, llegando a cifras que superan los 15 millones de patentes en vigor en todo el mundo. Sin duda, estamos ante una nueva oportunidad de poder utilizar la propiedad industrial para potenciar el desarrollo y la aplicación masiva de tecnologías punteras como la ingeniería genética, la tecnología 5G o la Inteligencia artificial que afectan a muchos o casi todos los campos industriales y tecnológicos que nos rodean.
Para ello tendríamos que avanzar en varios frentes: por una parte, potenciar la propia generación de patentes de calidad desde las empresas y los centros de investigación públicos. Como ejemplo, según datos de la OEPM, el sector público promueve el 27% de las patentes nacionales mientras que es responsable del 47 % del esfuerzo en I+D.
Como segundo aspecto, es necesario tener conciencia de generación de tecnología propia cuando estamos promoviendo grandes proyectos como los financiados por los Fondos de Recuperación Europeos. Sería una lástima que se financiarán grandes proyectos de innovación de miles de millones de euros que no llevarán consigo la generación de polos de desarrollo de conocimiento tecnológico en España que puedan competir a escala global.
El dinero que vendrá de Europa es un traje a medida que no podemos desaprovechar
Alejados de las grandes cifras y crecimientos exponenciales en el número de solicitudes de patentes de empresas chinas o norcoreanas en telecomunicaciones, España destaca en algunos nichos de desarrollo tecnológico como transporte o energías renovables. Ahora que nuestros grandes creadores de conocimiento del sistema público llevan algunos años disminuyendo el número de patentes solicitadas y que, por otra parte, nuestras PYMES no siempre se animan a proteger la tecnología que desarrollan, el dinero que viene de Europa es un traje hecho a medida que no podemos desaprovechar.
Un tercer aspecto sería la adecuación de los mecanismos de generación y transferencia de patentes a las necesidades de estas nuevas tecnologías. No sólo a temas puntuales como la conveniencia, o no, de las licencias obligatorias para las vacunas COVID, si no también a la dinamización de los modelos de generación y comercialización de patentes.
Conscientes de la necesidad de avanzar en estos temas, grandes potencias como Estados Unidos, la Unión Europea y China están promoviendo acciones.
Así, la Oficina de Patentes de Estados Unidos (USPTO) acaba de publicar cuales serán las líneas maestras de su actividad durante el mandato Biden, que podríamos resumir en tres pilares: aumento de la calidad de las patentes, agilidad en su concesión e impulso de los acuerdos internacionales con los organismos internacionales como la WIPO y otros países como China.
Las patentes son un activo clave para poder competir en el futuro a escala mundial
En el caso de la Unión Europea, el pasado 25 de noviembre la Comisión presentó al Parlamento Europeo un plan de acción en material de propiedad industrial e intelectual para apoyar la recuperación y la resiliencia de la UE. En el preámbulo de este documento se indica que "Los activos intangibles son las piedras angulares de la economía actual. Durante las dos últimas décadas, el volumen de las inversiones anuales en «productos de propiedad intelectual» de este tipo ha aumentado en 87 % en la UE, mientras que el volumen de las inversiones tangibles aumentó únicamente un 30 %...La propiedad intelectual e industrial es un activo clave para poder competir a escala mundial".
La Comisión Europea planta en este plan cinco ámbitos de actuación: mejorar el sistema de protección de la propiedad intelectual e industrial, incentivar el uso y el despliegue de la propiedad intelectual e industrial, en particular por parte de las pymes, facilitar el acceso a los activos intangibles y el intercambio de estos, al tiempo que se garantiza un rendimiento justo de las inversiones, garantizar un mejor respeto de los derechos de propiedad intelectual e industrial, y mejorar el cumplimiento de las normas a escala mundial.
Por su parte China ha ido adquiriendo un papel fundamental en la generación de patentes desde su adhesión a la Organización Mundial de Comercial hace ahora 20 años. Así en los últimos meses ya ha superado a Estados Unidos como primer país solicitante de patentes PCT; es decir las que siguen el tratado de cooperación internacional gestionado por la Organización Mundial para la Propiedad Industrial con el objeto de ser extendidas a varios países de forma ágil.
El pasado 17 de octubre el Congreso Chino aprobó la cuarta modificación a la Ley de Patentes China, que entrará en vigor el 1 de Junio y que intenta adaptarse al nuevo contexto con cambios como un mayor control de prácticas monolísticas o el fomento de incentivos para los inventores.
Como conclusión, todos somos conscientes la complejidad del momento, de lo que supone de oportunidad y del papel de los avances científicos y tecnológicos en la definición del nuevo contexto. También tenemos que asumir que un mejor aprovechamiento de fondos públicos, como el programa Next Generation EU, dependerá de un uso adecuado de la propiedad industrial para la obtención de los resultados que todos esperamos. Estados Unidos y China ya se están moviendo en este sentido. Europa, que ha sido la cuna del conocimiento durante siglos, tiene que estar a la altura para poder tener un papel en la nueva geopolítica de la ciencia y la tecnología que se está construyendo. Esperemos que gracias a este desarrollo social y económico basado en una eficiente gestión de la I+D y la innovación, basada en la propiedad industrial, podamos disfrutar unos nuevos "felices años veinte".