La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se comprometió en el Congreso a elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en este legislatura hasta que iguale el 60% del sueldo medio en España.
No hay consenso entre los expertos sobre la cuantía exacta de ese incremento, pero los analistas manejan ya una horquilla entre el 15 y el 26%. Es un avance a todas luces desorbitado que multiplicaría los daños que los precipitados aumentos del SMI causaron entre 2018 y 2020. Es más, sorprende que la futura vicepresidenta lance un mensaje tan inquietante para las empresas de sectores ahora golpeados de pleno por la epidemia. No en vano, si el SMI vuelve a subir, verán incrementadas tanto las masas salariales como las cotizaciones que pagan pese a no haberse recuperado de la crisis.
