
Industria anunció la semana pasada la futura instalación en España de un fábrica de baterías para coches eléctricos. Desde el inicio se sobreentendió que la factoría se ubicaría en Cataluña, y hasta tres autonomías muestran recelos ante esa posibilidad.
Sus reservas son lógicas considerando que el Gobierno defiende que no hay aún una decisión tomada sobre su ubicación. Además, un total de diez Gobiernos regionales tienen ya diseñados planes para implantar una factoría de este tipo. Uno de ellos, el extremeño, puede además jugar a su favor la baza de que dispone de los yacimientos de litio imprescindibles para fabricar baterías. Se abre así una pugna reñida entre territorios en la que Cataluña no puede dar por segura la victoria.