El Consejo de Ministros del martes aprobará los mecanismos para articular el nuevo paquete de ayudas, por valor de 11.000 millones, para los sectores más golpeados por la crisis. El Gobierno creará tres fondos con diferentes objetivos.
El primero recapitalizará negocios de mediano tamaño a través de la empresa pública Cofides. El segundo liberará transferencias directas recurriendo a las autonomías. Por último, habrá quitas selectivas en los créditos ICO que, en parte deberán asumir los bancos que los concedieron. La gravedad de la situación justifica que se recurra a estas condonaciones, siempre y cuando se evite desestabilizar el balance de las entidades, como insistió el Banco de España. Los bancos tendrán margen para minimizar esos perjuicios, aunque cabe lamentar que las quitas salgan adelante por decisión política y no en virtud de un pacto, ya que no ha habido acuerdo entre el sector financiero y el Gobierno. Con todo, las deficiencias del nuevo paquete de ayudas son mayores, puesto que también se relacionan con su escaso alcance tanto en cuantía como respecto a los sectores que se verán beneficiados. Los 11.000 millones movilizados quedan muy por debajo de las iniciativas de este tipo ya vistas en otros países del euro.
Los 11.000 millones que se movilizarán son escasos tanto en su cuantía como en el alcance por sectores que tendrán
En cuanto a sus beneficiarios, no habrá impacto alguno más allá de la hostelería y el turismo. Sin duda, estas actividades sufren especialmente la crisis, pero existen otros sectores de importancia comparable que se están descapitalizando por completo, y en los que las empresas españolas han perdido toda capacidad de competir frente a sus rivales del exterior. Unas ayudas tan escasas serán incapaces de frenar el daño que presenta el tejido productivo de nuestro país.
