Opinión

Invertir en innovación durante la recuperación pos-COVID

La investigación, clave en el futuro más cercano

La respuesta mundial a la COVID-19 ha venido definida por la investigación y la innovación científicas. Tras las tareas iniciales dedicadas a comprender el virus y hacer un seguimiento de la pandemia, buscar nuevos tratamientos y mejorar el diagnóstico, se justifica plenamente el aplauso generalizado al descubrimiento de vacunas eficaces en tiempo récord, que no solo se ha logrado gracias a la medicina: la inteligencia artificial ayudó a recrear la secuencia genómica del virus y la impresión 3D proporcionó soluciones rápidas para equipos de protección individual y respiradores adicionales en los hospitales.

Grandes profesionales de la ciencia se han convertido en celebridades de los medios de comunicación, han compartido el estrado con políticos y han acompañado a la sociedad durante los retos sin precedentes de los últimos meses. Nunca hemos sido más conscientes de la contribución vital de la ciencia, la investigación y la innovación para preservar y promover la existencia humana.

Nunca hemos sido más conscientes de la contribución vital de la ciencia en nuestra existencia

Así pues, ¿qué lecciones deberíamos extraer para la recuperación ecológica y digital después de la COVID? ¿Cómo podemos utilizar el poder transformador de la investigación y la innovación para acelerar la transición que necesitan desesperadamente nuestro planeta y nuestras sociedades hacia una nueva economía sostenible para la salud, el bienestar y la igualdad en su sentido más amplio? ¿Aprovecharemos esta oportunidad única de gasto público masivo para reconstruir mejor e impulsar la resiliencia económica invirtiendo en investigación e innovación? Para ser sinceros, no hay una respuesta clara. No carecemos de determinación política: Europa se mantiene unida en torno a un ambicioso programa de crecimiento verde para lograr la descarbonización plena de aquí a 2050 y a una estrategia industrial centrada en las oportunidades digitales. Tenemos los medios financieros para lograr el éxito, con 1,8 billones de euros en el presupuesto de la Unión para los próximos siete años, 95.500 millones de ellos destinados al mayor programa marco de investigación e innovación de la historia, Horizonte Europa. Sin embargo, según cifras recientes del Banco Europeo de Inversiones (el futuro banco verde de la UE), la pandemia ha provocado una reducción alarmante de las inversiones privadas en investigación e innovación (I+i) y hay riesgo de que se produzcan recortes similares en el gasto público en este ámbito, ya que los gobiernos y las empresas se enfrentan a problemas de liquidez a corto plazo que podrían perjudicar el logro de los esfuerzos europeos a favor de la neutralidad climática en el futuro.

Las autoridades públicas pueden y deben abrir camino para cambiar esta tendencia, en consonancia con nuestro objetivo de destinar el 3 % del PIB de la UE a inversión en I+i. La Comisión Europea acaba de concluir una convocatoria por un importe de 1 000 millones de euros para propuestas de investigación e innovación directamente relacionadas con el Pacto Verde Europeo. Se han recibido más de mil quinientas respuestas, es decir se ha multiplicado por veinte el número de posibles participantes, y tenemos resultados igualmente alentadores para el nuevo Fondo de Innovación dedicado a la acción por el clima y la reducción de los gases de efecto invernadero. El Consejo Europeo de Innovación creará nuevas oportunidades en el marco de Horizonte Europa para apoyar a empresas emergentes y en expansión innovadoras y promover el mercado europeo de capital riesgo. Las acciones piloto en este ámbito muestran que la financiación pública genera un efecto multiplicador gracias al cual se obtiene el triple de inversión privada.

La pandemia ha provocado una alarmante reducción de las inversiones

El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia recientemente acordado prestará apoyo rápido a las estrategias de inversión y reforma pos-COVID de los países de la Unión. Con casi 672 500 millones de euros para apoyar los planes nacionales de recuperación y resiliencia, creará sinergias con otros programas financieros de la Unión, como los fondos estructurales en apoyo de la doble transición ecológica y digital. Estamos colaborando con los países de la UE en sus planes de recuperación y resiliencia para maximizar el impacto de estas inversiones y su apoyo a los planes de reforma. Los ministros de Investigación de la Unión piden que esos planes incluyan inversiones significativas en I+i y reformas para hacer frente a los retos persistentes y superar la brecha de innovación entre los países de la UE. Por ejemplo, el Mecanismo puede utilizarse para ayudar a las pymes y a las empresas emergentes innovadoras a cubrir los costes de desarrollo y comercialización de sus innovaciones, así como a expandirse. Con objeto de que la ayuda del Mecanismo sea más eficaz, los países de la UE pueden aunar fuerzas en proyectos transnacionales, por ejemplo, en el ámbito del hidrógeno y las energías renovables. Además, para lograr un impacto real a largo plazo, los planes de recuperación y resiliencia deben combinar la inversión con reformas.

Estos no son más que ejemplos, pues hay un gran margen para integrar la I+i en las estrategias nacionales de recuperación. Y ahora es el momento de actuar, mientras colaboramos con los países de la UE para que preparen sus planes de recuperación y resiliencia en los próximos meses. El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, del todo compatible con el Pacto Verde Europeo, permite orientar los gastos en coherencia con el principio de «no causar un perjuicio significativo» y con los compromisos de sostenibilidad de Europa. Los inversores apoyan masivamente proyectos medioambientales, sociales y de buena gobernanza, lo que refuerza la necesidad tanto de una taxonomía emergente de la Unión para las finanzas sostenibles como de nuestras próximas propuestas marco de normas sobre bonos verdes. Las inversiones en investigación e innovación son plenamente compatibles con esta nueva arquitectura.

Los científicos, investigadores e innovadores europeos de primer orden tienen todos los motivos para sentir orgullo de su papel de liderazgo durante la pandemia. La investigación y la innovación son igualmente vitales para apoyar nuestras economías, nuestras sociedades y nuestro modo de vida después de la crisis. El ritmo y la magnitud de los retos mundiales del cambio climático y la revolución digital nos obligan a escuchar sus opiniones al configurar nuestras respuestas pos-COVID para garantizar un legado sostenible, saludable, resiliente y justo para las generaciones futuras. Debemos aprovechar la oportunidad de incluir la investigación y la innovación como una dimensión importante en nuestras estrategias de recuperación pos-COVID.

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