La falta de liquidez, ante la parálisis de su actividad, es el gran problema que afrontan todas las empresas relacionadas con el turismo. Sin embargo, existen dos notables excepciones: Aena y Amadeus.
El gestor aeroportuario español llegó a 2021 con más de 3.200 millones en su caja; por su parte, la plataforma para reservas de pasajes de avión cuenta con 3.700 millones. Unos recursos tan cuantiosos le dan a Aena la tranquilidad de poder soportar otros seis años de actividad bajo mínimos, un periodo que se alarga por encima de los ochos años para Amadeus. En ambos se trata de un valioso colchón para afrontar una crisis que en el sector turístico es aún impredecible y cuya recuperación plena tiene visos de demorarse, como mínimo, a 2023.