
Hacienda se reafirma en su decisión de seguir adelante con el impuesto sobre las multinacionales tecnológicas, la llamada tasa Google, pese a que España la aplicará unilateralmente (sin respaldo de la UE ni de la OCDE).
Los primeros daños de esta política ya se evidenciaron el mes pasado, cuando Amazon anunció que repercutirá este gravamen en las tarifas de sus servicios para empresas. Se confirmó así la predicción de los expertos de que serán los consumidores quienes acaben pagando la tasa Google. Con todo, no terminan aquí los posibles daños. La falta de consenso en la aplicación del impuesto puede ser una fuente de conflictos diplomáticos y comerciales con EEUU, pese a la llegada de Joe Biden a la Presidencia.