
Como se esperaba, el BCE celebró este mes una reunión de perfil bajo. Era lo previsible considerando la histórica ampliación de sus estímulos que hizo pública en diciembre. Sin embargo, causó preocupación entre los inversores la ambigüedad que la presidenta Christine Lagarde mantuvo acerca de las perspectivas económicas de la eurozona.
Es cierto que mantiene inalteradas las previsiones formuladas el mes pasado, pero habló de un "frenazo" del PIB en el último trimestre de 2020 y su posible extensión al primer trimestre de 2021. Las palabras de Lagarde son la mejor prueba de la incertidumbre que provoca la tercera ola del Covid en Europa. Existe así un importante riesgo de que las perspectivas de recuperación para este año no se cumplan pese al estímulo monetario.