
El polémico retraso de las elecciones catalanas amenaza con perjuicios de calado para esta autonomía. Como las patronales Pimec y Foment alertan, se alarga la parálisis institucional (fruto de la lucha entre Junts y ERC) que tanta incertidumbre crea en empresas e inversores. Pero también habrá perjuicios para la economía y la política nacionales.
Los más de tres de meses que median hasta el 30 de mayo serán aprovechados a fondo por Podemos para volver a hacer guiños a su electorado desde el Gobierno central, impidiendo reformas y abogando por medidas populistas y radicales. El momento parar crear esas tensiones no podría ser peor, ya que la UE vigilará de cerca a España para asegurar que cumple los requisitos para acceder a las ayudas europeas.