La banca española relaja la acumulación de provisiones extraordinarias. Esas partidas se redujeron en 600 millones el pasado septiembre. Es cierto que esa reducción es muy pequeña comparada con el volumen total (102.000 millones) de recursos de este tipo que las entidades acumulan.
Sin embargo, supone una desviación respecto a las directrices del Banco de España y el BCE. Ambos insisten en que aún es necesario reforzar los blindajes ante un aluvión de impagos crediticios que se aproxima. Conviene que los bancos mantengan la prudencia que los supervisores demandan. La vacuna anti-Covid no llegará a tiempo para frenar el efecto de la segunda oleada del virus. Es por ello muy posible que la morosidad rebase con creces el nivel inferior al 10% que ahora prevé el sector.
