
A una semana de la cumbre en la que discutirán las condiciones del Plan Marshall contra la crisis de Bruselas es ya evidente la dura posición que mantendrán los países frugales.
El borrador para la discusión, elaborado por el Consejo Europeo, prevé que los posibles beneficiarios de las transferencias tendrán que presentar un programa de reformas hasta 2023. Esta hoja de ruta deberá aprobarse en el propio Consejo, lo que exige el sí de 15 de los 27 Estados de la UE. Es claro que los países del norte no están dispuestos a entregar ayudas a fondo perdido sin estrictos controles. El Gobierno debe asumir que las condiciones pueden ser aún más duras, ahora que su capacidad negociadora se minimiza tras la derrota de Nadia Calviño en el Eurogrupo.