
La renovación de la CNMC sigue sumida en polémica. A la futura Presidencia de Cani Fernández, asesora directa de Moncloa, se suma la creación de una mayoría de consejeros afines al Gobierno, tras la cesión de sillones a ERC y Podemos.
Debe lamentarse que no se buscara el más mínimo consenso con el líder de la oposición. De modo deliberado, la presencia del PP es ahora residual, con una única consejera nombrada en la legislatura de los populares. Este desequilibrio cuestiona gravemente la independencia que se le presupone a un supervisor como la CNMC, y afianza un inquietante precedente. Ahora que se aproximan los relevos en instituciones como la CNMV o el Frob, todo indica que también quedarán a merced del Ejecutivo.