
Bildu vende cara su abstención para posibilitar la prórroga del estado de alarma. Los abertzales lograron la derogación de la reforma laboral de 2012 y el Gobierno se halla dispuesto a servirse de ese mismo estado de excepción para acometerla.
Las problemas que el Ejecutivo suscitará son de enorme gravedad. El recurso a un decreto-ley no tiene justificación, ya que faltan causas de primera necesidad que lo amparen. Moncloa olvida que la reforma laboral es una ley orgánica que exige mayorías reforzadas para cualquier cambio, y el respeto a los plazos que la Constitución impone a dicho proceso. Además del daño que supondría para el mercado de trabajo, esta derogación, por la vía express y sin control parlamentario, es una arbitrariedad legal indefendible.