
La exoneración del pago de cuotas laborales en los Ertes de fuerza mayor comenzará en junio a reducirse y desaparecerá en agosto.
Éste es el propósito que Trabajo comunicó a los agentes sociales y que despierta un lógico rechazo en las patronales. En apenas tres meses, cuando su reactivación aún no será completa, las empresas tendrán que renegociar sus ajustes de plantilla en condiciones más duras que las actuales. Por si fuera poco, para ellas seguirá rigiendo la prohibición de hacer despidos, por causas vinculadas a la epidemia, hasta finales de año y a mantener en su puesto a los trabajadores temporales. La inflexibilidad de que el Ministerio vuelve a hacer gala en sus negociaciones pone otra vez en entredicho la supervivencia misma de las firmas.