Opinión

La aritmética del fondo de reconstrucción

La fórmula para que Europa solucione la crisis a la que está abocada España aún no está clara

La energía ni se crea ni se destruye sólo se transforma. Este principio fundamental de la física tiene también un cierto correlato en la economía que trata sobre asignación y distribución de recursos escasos. Esto viene al caso en algunas opiniones sobre el famoso "fondo europeo de reconstrucción" que sigue discutiendo en las instituciones europeas. La epidemia del COVID-19 ha originado una destrucción brutal de la actividad económica y paliar sus efectos tiene un coste, que no es precisamente pequeño. Pero más allá, las condiciones económicas pueden haber cambiado para mucho tiempo. En todo esto, un fondo de reconstrucción puede ayudar, pero no va a solucionar todos los problemas. Para entender cómo puede hacerlo, es importante comprender cuál es la aritmética. Ya anticipo que los recursos no son gratis, nunca lo son.

Lo que se pretende evitar con el fondo es la aritmética de la deuda pública: evitar un incremento de la deuda pública en los estados del sur de Europa que lastre su crecimiento futuro. Para ello las diversas propuestas, como la de Luis Garicano, o la del gobierno español proponen que la Comisión Europea se endeude mediante un mecanismo de deuda perpetua. Esta deuda no se amortiza, pero la Comisión Europea tendría que pagar intereses. Ahora bien, para poder acceder a este endeudamiento se necesitan garantías e ingresos. Se supone que la garantía la deberían poner todos los Estados europeos. Pero queda una cuestión fundamental: de dónde obtener los ingresos.

No hacer absolutamente nada puede acabar con el mercado único en Europa

Aquí caben dos alternativas: en primer lugar que la Comisión Europea, con el dinero del fondo, dé créditos a los Estados. Esto supondría que España e Italia, fundamentalmente, pero también el resto de los Estados pudiesen acceder a una financiación a muy largo plazo, y a un tipo de interés más reducido. Ahora bien, la propia Comisión Europea calcula que este endeudamiento se puede pagar a un tipo del 1,5%. Si España necesitase, por ejemplo, 100.000 millones de euros, el coste anual para las Arcas Públicas sería de 1.500 millones de euros. Ahora mismo, el tipo medio al que España está pagando el endeudamiento ronda el 3%, con lo que esto, evidentemente es una ayuda: por plazo y por coste. Ahora bien, este es un endeudamiento adicional y por lo tanto el coste es adicional.

De alguna forma, este alivio para los países del Sur de Europa puede suponer, al mismo tiempo, que Alemania y otros Estados no coloquen su deuda tan barata, e incluso a algunos plazos en tipos negativos. Evidentemente, todo tiene un coste. Sin embargo, no hacer absolutamente nada puede acabar con el mercado único en Europa, y en cualquier caso lo deteriorará muchísimo, lo que tiene un coste muy superior para todos.

Nunca es un buen negocio dejar que tus socios se arruinen pudiendo evitarlo

Pero, el problema de este enfoque es que la epidemia tenga efectos, negativos, a medio plazo. Si no hay una recuperación en "V", y todas las economías europeas no se recuperan rápidamente, este enfoque es insuficiente. Si España recuperase su economía y su recaudación fiscal en 2021, tener que pagar 1.500 millones más al año en intereses, sería un coste asumible. Sin embargo, si la economía y las empresas no se han recuperado en unos meses, todo esto sería un nuevo lastre. Por supuesto, España puede seguir accediendo a los mercados y esto está permitiendo que las Administraciones Públicas no hayan colapsado. Sin embargo, si no se hace nada, o se hace demasiado poco, muchas empresas colapsarán y con ellas muchos, demasiados puestos de trabajo. Esto nos llevaría no solo a un problema social de enorme magnitud, sino también a un círculo vicioso de cada vez más gasto público, menos ingresos fiscales y más déficit público.

Ante esto, cabe la alternativa de que todo o una buena parte del fondo europeo de reconstrucción se destine a inversiones o subvenciones en los Estados miembros. Ésta es la alternativa que defiende España. No es exactamente lo mismo una inversión o una subvención. Pero en cualquier caso, tenemos el problema "aritmético" de con qué pagamos los intereses del endeudamiento de la Comisión Europea. Porque, una inversión, como por ejemplo, una carretera o un laboratorio de investigación básica, igual no nos da una rentabilidad. Pero, por otra parte, tampoco subvencionar, por ejemplo, el seguro de desempleo nos va a dar rentabilidad. En este caso, la única alternativa es establecer impuestos a nivel europeo.

Aquí hay alternativas novedosas: como una tasa de carbono en frontera, o un impuesto europeo sobre determinados servicios digitales. Pero, seamos realistas: lo más probable es que los nuevos impuestos no tengan recaudación suficiente, lo que obligaría a aumentar las contribuciones de los Estados Miembros al presupuesto comunitario. Por otra parte, buena parte de la recaudación de los nuevos impuestos, de una forma u otra, la acabarán pagando los europeos como consumidores de productos y servicios: nada es gratis. El endeudamiento acaba suponiendo siempre, de una forma u otra, más impuestos en el futuro, o un menor gasto público para un nivel de impuestos similar. Y por supuesto, esto tiene un efecto redistributivo entre los ciudadanos y las empresas de los distintos Estados Miembros.

¿Esto merece la pena para los países del Norte de Europa? Creo que sí porque nunca es un buen negocio dejar que tus socios se arruinen pudiendo evitarlo. De hecho, el Plan Marshall fue un buen negocio para los Estados Unidos: durante los años 50 no sólo Europa sino también la nación norteamericana crecieron de forma muy importante. Pero la esencia de ese plan fue que el dinero fuese a los negocios y empresas: a mantener y crear actividad, no rentas. Ahora en España, a muy corto plazo habrá que proteger rentas, pero el objetivo fundamental debe ser recuperar actividad, y en consecuencia crecimiento económico. Es una lección que no sólo nos da la historia, sino también la aritmética.

Como en todos días, con mi agradecimiento a todos los que han dejado su esfuerzo por todos nosotros, y en recuerdo de los que nos han dejado.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky