
Son muchas las dudas que suscita el plan para la normalización económica que el Gobierno presenta hoy. Pese al retraso que España acumula frente a otros países en su elaboración, la total ausencia de concreciones por parte del presidente Sánchez parecían apuntar más a una hoja de ruta genérica que a un esquema preciso en fechas y sectores.
Es esto último lo realmente urgente para las empresas. Lo evidencia el hecho de que actividades como la hostelería y el comercio ya se han esforzado por hacer propuestas muy definidas, por territorios y por plazos, sobre cómo reactivarse. El Gobierno debe escuchar estas iniciativas. La economía no puede esperar más a tener un plan de desescalada sujeto a plazos y procedimientos ágiles y claros.