Opinión

Intervencionismo dañino de Sanidad

El ministro de Sanidad Salvador Illa

La actuación de Sanidad en las cinco semanas del estado de alarma deja un balance más que negativo. A las continuas improvisaciones, debe sumarse una política de centralización de compras de material que sólo sirvió para adquirir equipos defectuosos, a través de intermediarios opacos.

Los problemas en el suministro de mascarillas muestran que las dificultades persisten. De hecho, contribuye a crearlas la política de intervención del precio de estos productos, por parte del Ministerio. Es más, ésta es la causa principal de los obstáculos con los que las farmacias chocan al trabajar con sus distribuidores. Lo realmente eficiente habría sido respetar la libertad de mercado y confiar en las autoridades de consumo para prevenir abusos.

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