Opinión

La caza de Pedro Sánchez

La obsesión de Pablo Casado de aprovechar el virus para hacer caer a Sánchez le pasará factura en el futuro

El presidente del PP Pablo Casado huele que ha llegado su momento. Su adversario político Pedro Sánchez puede ser abatido electoralmente. El Gobierno de coalición de izquierdas no ha gestionado bien la crisis en opinión de tres de cada cuatro españoles encuestados. Se huele sangre, es el momento para que el PP le devuelva la moción de censura que los socialistas urdieron contra Mariano Rajoy. Por esta razón no quiere ni oír hablar de los Pactos de la Moncloa, que es la salida que el presidente necesita para escapar de la pandemia. Para la derecha el mejor pacto para salir de la crisis es que la izquierda radical abandone de una vez por todas el poder.

Es este clima político, unida a una rabia contenida por cuatro semanas de confinamiento, lo que ha provocado la crispación que vive España. Una exasperación que llega cuando más unidad se necesita para evitar que la recesión no se convierta en una depresión. Un país más pobre y cientos de miles de parados nos aguardan cuando salgamos de casa.

Por ello, más del 90% de la población apoya un Pacto Social que nos permita enfrentarnos al precipicio. La población pide a los políticos unidad, remar todos a una y en la misma dirección como ocurre en otros lugares de Europa. Para ajustar cuentas y pedir responsabilidades por los muertos ya habrá tiempo.

La población pide unidad a los políticos y que remen todos a una y en la misma dirección

Pero el líder de los conservadores ha mordido cacho y como los perros de caza no lo va a soltar. No está dispuesto a que se le escape viva la pieza. La situación recuerda al clima de crispación conseguido por Carlos Saura en "La Caza" (1966), en la que el rencor entre diferentes clases sociales está a flor de piel.

Sin embargo, el jefe de la oposición está a punto de cometer un grave error. Rehuir los Pactos de la Moncloa puede acabar pasándole una dura factura electoral. Argumentar que suponen un cambio de régimen es tanto como situarse en las tesis de VOX. Puede replicar que lo mejor para España es hacer caer al Gobierno de centro izquierdas para dar paso a otro de centro derecha. Pero eso es solo un desideratum, un bello deseo que no responde a la realidad. No va resultar tan fácil hacer caer al Gobierno de Pedro y Pablo. Mientras sigan teniendo el apoyo de sus aliados nacionalistas y de los partidos de la izquierda radical no habrá elecciones.

Los independentistas catalanes saben que si llega la derecha lo van a pasar muy mal. Mal que le pese van a mantener su apoyando.

Más pragmática es la dirigente de Ciudadanos, Ines Arrimadas, quien considera que el objetivo en estos momentos es diluir la influencia de Podemos en la toma de decisiones, tanto políticas como económicas. Por esta razón, y aconsejada por Luis Garicano, ha decidido asistir a las negociaciones del pacto. Le gustaría poder vetar a Pablo Iglesias, que no ha cejado ni un instante de provocar a la derecha y al mundo empresarial con sus propuestas. Pero Sánchez no puede prescindir de él, porque sabe que sin el líder de Podemos caería como un castillo de naipes.

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