Opinión

Más créditos avalados para respaldar a la banca y a las empresas

Una nueva línea de avales, básica para la supervivencia de las empresas y de los bancos

Si el aval del Estado es un espaldarazo para que empresas de todos los tamaños obtengan y renueven liquidez con créditos bancarios, también supone un refuerzo de la solvencia y del retorno del capital de los bancos. Las entidades van a colocar todo lo que pongan a su disposición, preferentemente entre sus clientes vinculados.

El total de crédito al sector productivo es de algo más de medio billón de euros, por lo que la cantidad máxima de avales pueden llegar a respaldar una quinta parte de esta cifra, que pasará a considerarse sin riesgo apreciable en el balance de las entidades. Esto tiene efectos múltiples sobre la gestión del capital y las provisiones de la banca y supone un gran beneficio en un momento en el que repuntará la morosidad en todos los segmentos crediticios, actuando como contrapeso al mayor consumo de capital y provisiones que se avecina.

La porción del crédito avalada por el Estado, que puede llegar a ser del 80% cuando se trate de una Pyme, apenas crea necesidades de capital y reduce prácticamente a cero las provisiones genéricas que se realizan en toda operación crediticia. Aunque se está diciendo que se trata de créditos nuevos, en la práctica lo que se va a producir es un traspaso de las operaciones de liquidez de las empresas a esta nueva modalidad con aval en toda la cuantía que sea posible, pues el saldo global de crédito al sector productivo, aunque pueda incrementarse en algo, no lo hará en la cuantía de los avales.

Disminuirán algo productos como las líneas de crédito, el factoring y el descuento comercial y se incrementarán los préstamos de tesorería a largo plazo. Por tanto, lo que se va a producir es una transformación del saldo de las operaciones más que un notable incremento de la cuantía de crédito disponible. La banca, en situaciones de crisis, lo que debe hacer es ir retirando crédito de los sectores y clientes que puedan resultar más dañados para proteger su balance, sus beneficios y a sus clientes de pasivo. Los avales frenarán esta tendencia procíclica de la banca en alguna medida, aunque es obvio que las condiciones generales del crédito se van a endurecer, como sucede en todas las crisis.

La medida contribuye a la estabilidad del sistema financiero en un entorno de gran inestabilidad como el actual

Si en una operación de crédito a una Pyme un banco puede verse obligado a realizar una provisión del 1% del saldo vivo, cuando la operación es avalada por el Estado esta cuantía se reducirá proporcionalmente al porcentaje del aval sobre el saldo total, llegando a ser de tan solo un 0,2%. Esta provisión, que en definitiva es un coste que impacta en la concesión y mantenimiento del riesgo, al ser mucho más pequeña, proporciona al banco una mayor rentabilidad de la operación.

Además, los bancos deben respaldar sus operaciones de activo con capital propio en un porcentaje de su saldo según el riesgo que tengan las operaciones. A más riesgo, los bancos tienen que destinar más capital propio a la operación. El activo se gestiona bajo los principios de la rentabilidad ajustada al capital empleado en cada operación, de tal suerte que si en una operación hay que emplear mucho capital el tipo de interés y las comisiones financieras deben ser más altas para que el capital sea remunerado como es debido después de imputar los costes por provisiones y gastos de la entidad. Si una operación es avalada por el Estado, reduce muy significativamente el capital propio que la entidad debe destinar a respaldarla y, en esa medida, dispara la rentabilidad de la operación sobre capital propio, salvo que hubiera una reducción de intereses y comisiones, que no es el caso actualmente, antes bien al contrario, pues los intereses bancarios tienden a subir en un escenario de más riesgo global, aunque la política monetaria mantenga bajos los tipos de interés del mercado monetario y de la renta fija.

Podemos concluir por todo lo anterior, que los avales del Estado son una medida inteligente para conseguir el doble objetivo de contribuir a la solvencia y los beneficios bancarios al tiempo que se evita que las entidades corten la financiación al sector productivo de forma generalizada, lo que contribuiría a agravar aún más los efectos de la crisis que ahora comienza, que aun así serán muy profundos.

La línea de avales va a reducir las necesidades de capital y las provisiones de una parte significativa de la cartera crediticia de la banca, permitiendo que puedan asumir las pérdidas que van a sufrir en los segmentos crediticios que no dispongan de aval, que a su vez demandarán más necesidades de capital.

Es preciso que el Gobierno libere avales por la totalidad del saldo prometido

Para que estos beneficiosos efectos, que van a contribuir a la estabilidad del sistema financiero español en momentos de gran incertidumbre, se produzcan, es preciso que el Gobierno libere avales por la totalidad del saldo prometido, pues cantidades menores apenas van a tener más que efectos marginales, tanto sobre la banca como sobre las empresas. La medida es buena, pero lo será si en realidad se pone de una vez en marcha todo el importe sin cicatería ni demoras innecesarias.

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