
El escenario ha cambiado, China ya no es el único gran foco en la disrupción de las cadenas de suministro. Los países más industrializados de la Unión Europea, España incluida, ya se encuentran en el epicentro del problema sanitario y, en consecuencia, de dicha disrupción.
Es decir, estamos ante un escenario muy dinámico y en el que presumiblemente todo seguirá cambiando a velocidad de vértigo. En este contexto, es necesario desarrollar una respuesta ágil y convincente para paliar, en la medida de lo posible, los efectos del coronavirus sobre el tejido industrial español. La mejor respuesta sería aplicar los planes de contingencia ya planificados ante posibles disrupciones, pero, es posible que un gran número de compañías no dispongan de ello. Para estos casos, se recomienda empezar a trabajar lo antes posible en cuatro grandes iniciativas: 1) Proteger el activo más valioso: las personas. Asegurar el bienestar de los empleados es fundamental, ya que estos son el alma máter de cualquier empresa. De ellos dependerá el presente pero, sobre todo, el futuro de las compañías. En este contexto, la primera recomendación es seguir al pie de la letra los consejos sanitarios de las principales autoridades gubernamentales.
Garantizar la liquidez debe ser una de las prioridades ante la actual crisis
La segunda reflexión es que puede ser necesario repensar las prácticas de trabajo. Por ejemplo, teletrabajar o crear unidades aisladas por turnos. Estas y otras medidas deben transcurrir en un ambiente de trabajo constante, tranquilo, con transparencia en los flujos de información y, evidentemente, con unas medidas de higiene reforzadas.
2) Analizar e identificar posibles riesgos y debilidades de la actual cadena de suministro. La compañía deberá analizar en detalle los riesgos asociados a tres elementos clave de la cadena de suministro en esta crisis: el aprovisionamiento, la demanda y los procesos internos.
En el ámbito del aprovisionamiento es de especial interés evaluar el grado de dependencia por proveedor e identificar aquellos que son clave en las áreas afectadas por el Covid-19. Es recomendable mantener una comunicación fluida con los proveedores y, si fuera necesario, obtener fuentes alternativas de suministro. Por otro lado, también es importante monitorizar la volatibilidad de precios de materias primas, revisar los plazos de entrega, valorar los riegos de los medios de transporte y anticipar restricciones aduaneras.
En cuanto a la demanda, cualquier planificación o pronóstico previo a la disrupción actual ya no es válido. Además, dependiendo del tipo de negocio, parte de la demanda cambiará a canales online, así que será necesario mantener una visión integrada del inventario y redistribuirlo por tipo de canal.
El tercer bloque corresponde a los procesos internos de la cadena de suministro, es decir, a la gestión del inventario, capacidad, planificación, producción,... Todos ellos deberán ser analizados en detalle para poder identificar riesgos y ser modelados en la siguiente iniciativa.
3) Desarrollar escenarios para su cadena de suministro en función de la expansión actual y previsible del Covid-19, y alinearlos con los planes de producción, de inventario y logísticos. El primer paso será el de identificar posibles comportamientos sobre el avance del Covid-19 en las regiones relacionadas con las cadenas de suministro de su empresa y evaluar la probabilidad relativa de ocurrencia.
El siguiente paso consistirá en modelizar dichos comportamientos e incorporar las diferentes variables de la cadena de suministro, aportando posibles soluciones a los riesgos con el fin de generar escenarios que puedan servir como base para la toma de decisiones.
Finalmente, se deberán alinear los principales elementos operativos de la empresa (planes de producción, aprovisionamiento, inventario,...) con el resultado de los escenarios generados.
4) Asegurar el flujo de caja. Una de las mayores preocupaciones durante las próximas semanas será garantizar la liquidez. Por lo tanto, es posible que sea necesario recurrir a nuevas fuentes de liquidez y/o reducir de una forma más o menos drástica el gasto, utilizando las herramientas habituales y, sobre todo, las que facilite el gobierno. Finalmente, si la empresa está asegurada contra la interrupción de la cadena de suministro, comience a ejercer esa política según sea necesario.
En cualquier caso, nos recuperaremos. Así que también es necesario prepararse para la 'reactivación', en la que la comunicación y la colaboración entre los diferentes actores de la cadena volverán a ser vitales. A medida que se reinicien las cadenas de suministro, se deberán establecer prioridades y trabajar lo más rápido posible para volver a sincronizar la oferta con la demanda.