
La letra pequeña de las ayudas del Gobierno para los autónomos revela un alcance sorprendentemente limitado. La gran reivindicación del colectivo, una moratoria en los pagos de cuotas a la Seguridad Social, no se materializa.
La novedad, por tanto se queda en una prestación extraordinaria por cese de actividad de difícil acceso. No en vano exige darse de baja en Hacienda y la Seguridad Social. Esa opción excluye a los autónomos que tengan licencia administrativa (porque perderían esa credencial). A ellos se suman los autónomos societarios ya que se les demanda que disuelvan por completo su sociedad limitada. Así, la prestación sólo alcanza al 15% de los trabajadores por cuenta propia. Es un saldo demasiado bajo considerando el daño que la actual crisis les inflige.