Opinión

La economía siempre termina imponiéndose

Las políticas económicas que el Gobierno propone ahondarán la desaceleración que el PIB ya muestra

Basta tener en cuenta las sucesivas alternativas de una agobiadora situación creada por el malestar derivado de una depresión creciente, a pesar de que se sostenía, una y otra vez, que la prosperidad estaba a la vuelta de la esquina -como ocurrió con el presidente Hoover, o el colosal fracaso de los famosos "planes quinquenales" de Stalin, o el abandono de los planteamientos de Mao en China o en aquellos mensajes que entusiasmaron a los estudiantes pseudo revolucionarios del 68-. En el caso de España, eso se produjo por el proteccionismo industrial, que buscó un planteamiento económico en Federico List, y que desde la institución catalana denominada Fomento del Trabajo Nacional, logró dominar la política económica española desde el siglo XIX, hasta que, en 1959, Ullastres liquidó definitivamente los intentos de Gual Villalbí.

Pero ahora contemplamos, de nuevo, para daño de la economía española, que la batalla se ha reanudado. Para mantenerse en el poder, Sánchez ha de acceder a dos tipos de alteraciones respecto a lo que en la Transición se había acertado a continuar, del planteamiento iniciado en 1953, precisamente sobre política social. Basta tener en cuenta los mensajes implícitos en el articulado de la Constitución de 1978, para comprobarlo.

Para seguir en el poder, Sánchez acepta ideas comunistas que llevarán a otra crisis

Por otro lado, es evidente que el Partido Socialista de la Transición tiene muy poco que ver, en sus bases y declaraciones doctrinales, con los planteamientos en economía del partido socialista de la etapa situada entre Pablo Iglesias y Largo Caballero, con la ligera excepción -en alguna ocasión concreta, y quizá por ser aleccionado por discípulos de Flores de Lemus a los que hizo ministros- de Indalencio Prieto; la política económica de éste, la he expuesto más de una vez, y no tiene nada que ver con lo que pretendían muchos de sus correligionarios. Es evidente que la influencia, por ejemplo, de los planteamientos de la Fundación Ebert, tuvieron mucho que ver con este cambio socialista en la Transición ; por ejemplo, veamos muchos puntos de vista de Solchaga en su etapa ministerial, que no tenían nada que ver con planteamientos del PSOE en la etapa de la II República. Alguna vez, se buscaron soluciones que ya habían sido criticadas por los economistas serios, como sucedió por ignorar lo indicado por Milton Friedman, en el caso de Rodríguez Zapatero; la consecuencia fue un traslado de voto considerable a Rajoy.

Pero ahora sucede otra cosa. Un gobierno socialista, para mantenerse en el poder en estos momentos, no tiene más opciones que aceptar planteamientos procedentes de un grupo político muy complejo que nos obliga a recordar lo que sucedió en España con los planteamientos económicos equivocados, que obligaron la llegada al Gobierno de Navarro Rubio en Hacienda y de Ullastres, desde el Ministerio de Comercio, para orientar de otro modo los problemas de la economía española. Así se generó automáticamente otra España, como se observa en el gráfico que acompaña a este artículo. En éste se muestra la crisis y, en los mejores momentos, estancamiento antes de 1953. Pero ahora nos encontramos con una economía con fuerte y rápido desarrollo desde aquellas fechas, y que, si no sigue los adecuados planteamientos, como se observa en la parte final del gráfico -vemos en élla la etapa de la política de Rodríguez Zapatero- el derrumbamiento es obligado. Y he aquí que para sostenerse en el poder, se busca el apoyo de grupos políticos que pasan a tener ideas que, forzosamente, generarán un fracaso. Una de estas cuestiones deriva del separatismo catalán, que pretende crear una "república independiente", aunque ello acarree, de manera forzosa, un hundimiento económico en Cataluña y que, por el entramado creado desde hace mucho tiempo en el global de la economía española, obligadamente hundirá a ese conjunto. Y el otro aspecto que no se puede olvidar es que el gobierno de Sánchez, a pesar de ese fantasma, ha hecho surgir otro, a causa de la realidad presupuestaria. Es el que nace de aceptar medidas vinculadas a planteamientos comunistas actuales, como se observan en el castrismo y en sus complementos iberoamericanos como el chavismo de Venezuela. Eso en algún grado se busca con la bandera de la ruptura del planteamiento actual del mercado laboral.

Las rigideces del mercado laboral ahondarán más en el incremento del desempleo

Además nos encontramos en una situación económica muy especial, debido a la coyuntura europea, y en ella, además de no propiciar precisamente esta ruptura de la flexibilidad en el mercado de trabajo, ha surgido lo que Emilio Fernández, con el título de La tentación iliberal, para daño colectivo….. Es una palabra acertada que surge en una publicación de Caixa Bank Research. Y en la misma, dos economistas plantean muy bien que parece existir un consenso amplio entre ellos, sobre que las perspectivas económicas, tanto a corto como a largo plazo, tienen que marchar por un camino adecuado, ajeno a planteamientos que destrocen la economía de mercado. Evidentemente encontramos datos suficientes sobre esto en la obra de Rodrik, Growth estrategias, donde lo que se pretende abandonar, precisamente por los grupos que consiguen que se mantenga el gobierno de Sánchez, eran los "principios económicos de primer orden".

Desde luego, todos estos planteamientos erróneos tienen una especie de complemento empírico escalofriante por doquier. En España lo tenemos en la citada realidad del gráfico, donde se ve que el olvido de estos principios económicos, generaba, en el mejor de los casos, estancamiento y, más de una vez, crisis muy importantes…... Sólo se acertó cuando se comprendió que, por ejemplo, un defensor de esos principios económicos de primer orden, Viner, tenía razón frente a proteccionismos ampliados con corporativismos, o sea con aquellos principios económicos que no tenía, en aquellos momentos, Manoilescu.

Pero ahora han surgido los que habría que calificar como herederos de Manoilescu. Pretenden borrar los mensajes, incluidos nada menos que en la Constitución, y que Eucken lanzó en la Universidad Menéndez Pelayo en Santander en 1949, cuando señaló de qué manera "la cuestión de la mayor o menor actividad del Estado…está superada". Este mensaje, en estos momentos, se acepta por doquier, y en concreto, en España, grupos electoralmente minúsculos, intentan desoír, y además consiguen que el Gobierno de Sánchez, desoiga,….. a pesar de que podría indicarse con facilidad que, por ejemplo, personas importantes de la actual Administración tengan conocimientos económicos más que suficientes para saber si se va por buen o mal camino.

Además, se parte de una situación preocupante, con lo que errores de este tipo pueden ser de consecuencias colosales. Con un PIB que en el 2020 crecerá, en el mejor de los casos, un 1,5 %, la ley de Okun señala la facilidad que de ello se derivará para tener altas tasas de desempleo. Y esto, ¿no se va a empeorar aún más con rigideces en el mercado laboral?

Todo lo señalado indica que pasa a ser urgente asumir lo que los economistas dicen, e imponerlo, y si es necesario para ello, cambiar las situaciones del poder. De otra manera parece imposible que, mucho más allá del 2021, pueda mantenerse un mínimo equilibrio socio político económico en España. El partido socialista, ¿tiene vocación para convertirse en algo equivalente a lo que supuso Leon Blum, con su fracaso aumentando la crisis económica en Francia, al actuar desoyendo a los economistas en la etapa de la Gran Depresión, y hundiendo a su organización política para siempre? Conviene contemplar estas cosas, porque nos estamos jugando mucho en estos momentos.

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