El gobierno de Pedro y Pablo como en la película de George Roy Hill, magníficamente interpretada por Robert Redford y Paul Newman, es la historia de Dos hombres y un destino (1969). La gran diferencia es que en ver de tratarse de Butch Cassidy y Sundance Kid asaltando un banco de Wyoming, aquí es Sánchez e Iglesias asaltando el Palacio de la Moncloa. Como en la película la suerte de uno esta ligada a la del otro, es decir que harán lo imposible para que las cosas les salgan bien. Será una legislatura larga y con un poco de suerte repetirán el mandato como ha sucedido en Portugal con el socialista Antonio Costa que formó gobierno como pudo y la derecha también trató de descalificarle calificándole la "geringonça".
La izquierda ha venido para quedarse y la oposición no va a poder echarla ni con agua caliente. Es cierto que no va a resultar fácil, pero la actitud mostrada durante el debate de investidura por las tres derechas (PP, Vox y Ciudadanos) hacen de argamasa para que el ejecutivo recién estrenado aguante más de lo que se piensa. Como dice el cantautor norteamericano Leonard Cohen "a veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quienes están del otro lado". Tal vez es eso lo que le esté pasando al Rey Felipe VI, como se ha encargado en decir desde la tribuna el portavoz del PNV Aitor Esteban. Por cierto, un magnifico parlamentario.
La izquierda ha venido para quedarse y la derecha no podrá echarla ni con agua caliente
La llegada de la izquierda al poder no va a suponer ni el fin de la Constitución, ni el fin de la monarquía y ni mucho menos el fin de España. Un augurio similar se hizo cuando Felipe González ganó las elecciones en 1982 y gobernó 14 años. Al contrario, el Gobierno de Pedro y Pablo puede apuntalar las instituciones y empezar a salir de la fuerte crisis en la que se encontraban.
La situación en Cataluña había llegado a un callejón sin salida. El procés ha fracasado como en su día fracasó la vía terrorista emprendida por ETA en el Pais Vasco. Como ocurre con los jabalíes heridos, hay que darles una salida para evitar males mayores. La alternativa defendida por los conservadores Pablo Casado, Ines Arrimadas y Santiago Abascal de más cárcel, más palos, menos autonomía solo nos conducía al precipicio. Un país como España, integrado en la Unión Europea, no puede ser gobernado teniendo en prisión y en el exilio a los máximos representantes del independentismo catalán.
El diálogo con Cataluña es la única solución posible al conflicto con los independentistas
Nos guste o no, la única salida para blindar la Constitución, la monarquía y la unidad de España es el diálogo, la convivencia y la negociación. Es decir, no abusando de la vía judicial como hasta ahora y promoviendo la política, como reconoce en privado el presidente del Tribunal Supremo Manuel Marchena.
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