Opinión

Será más difícil Gobernar que la investidura

La legislatura arrancará llena de dudas e incertidumbres

Los números han dado. Con la abstención de ERC y los votos a favor de UP, el PNV y unos pocos más Sánchez es presidente de Gobierno. El programa de legislatura está rubricado y firmado por los dos futuros componentes del Gobierno (PSOE/UP). Eso debería dar certidumbre. Sin embargo, es ese programa el que arroja sombras sobre la duración de la legislatura por razones, económicas, sociales y políticas.

En economía, con algunos aciertos hay elementos que pueden perjudicar la marcha de la legislatura. Cuando se observa una desaceleración del crecimiento del PIB, algunas medidas del acuerdo PSOE/UP pueden reducir el crecimiento del empleo y a medio y largo plazo generar desempleo, lo que creará desilusión en su propio electorado y dará armas a la oposición.

Algunas medidas del pacto PSOE/UP pueden reducir el crecimiento del empleo

La derogación de aspectos claves de la Reforma Laboral de 2012 es una de ellas. Volver a la jerarquía de convenios colectivos obligando a las empresas a ajustarse al convenio sectorial es quitarles áreas de libertad e ir contra su competitividad. Restablecer la ultractividad de los convenios (que sean vigentes hasta la firma del siguiente) es permitir la dilación de las negociaciones de convenios lo que igualmente va contra la competitividad empresarial. Las dos medidas alejan al inversionista y tienden a reducir la creación de empleo.

Un acierto es ir contra la dualidad del mercado de trabajo equiparando contratos temporales e indefinidos. La duda es como hacerlo. Si es igualando las indemnizaciones por despido por arriba (a 33 días año), también irá contra la creación de empleo. Si fuera en un término medio (entre los 12 días de los temporales y los 33 días de los indefinidos) sería un acierto. Pero es dudoso que UGT, CCOO y UP acepten esta última alternativa.

El empeño en subir el Salario Minimo Interprofesional de manera acelerada y aumentar el IRPF a las rentas de clases medias, a las rentas de trabajo superiores, el Impuesto de Sociedades y otras tasas e impuestos, producirá igualmente un freno a la creación de puestos de trabajo. Estas medidas podrían ser aceptables en periodos de crecimiento expansivo del PIB, pero no cuando entramos en un proceso de contracción de ese crecimiento.

La tensión se acelerará cuando  Sánchez evite cumplir los acuerdos con ERC

Auguro un aumento del déficit, por mayores gastos "sociales" y, dado que la deuda pública está cerca del 100 por cien del PIB, dificultades a medio plazo para financiar el gasto de las Administraciones. Tarde o temprano el BCE subirá los tipos de interés y entonces el servicio de la deuda pública (el pago de intereses) aumentará el déficit. Europa llamará la atención al Estado español y si la parte socialista del Gobierno quiere reducir el gasto, la parte populista se opondrá y esas tensiones desgastarán al Ejecutivo.

En la "memoria histórica" o el feminismo y la sostenibilidad medioambiental el Gobierno estará más o menos unido/a. Pero tendrán discrepancias en aspectos sociales y culturales, cómo Educación y Sanidad. Las dos partes del Gobierno quieren aumentar el gasto, pero de manera diferente. Los de UP intentarán suprimir la intervención del sector privado en la gestión pública. Por ejemplo, reducir la educación concertada o la gestión privada de sanidad pública. Eso producirá discrepancias internas en el Gobierno. Los populistas de UP no querrán que les acusen de blandos o demasiado sumisos al PSOE y buscarán imponer su criterio. Por otra parte, la oposición del centro-derecha acusará de radical al Gobierno y eso creará un malestar social.

En lo que concierne a la política territorial e institucional las tensiones se acelerarán cuando al PSOE le entre vértigo por cumplir los acuerdos con ERC. UP está por la labor de convocar un referéndum de autodeterminación; algo que no conviene al PSOE. La E de español de sus siglas se debilitaría con malas consecuencias para su potencia electoral creándole tensiones internas. La apuesta es arriesgada para Sánchez y los suyos si quieren seguir en el poder.

Mientras los Barones socialistas tengan sus elecciones autonómicas o locales lejanas se mostrarán cautos. Pero cuando se acerquen se pondrán nerviosos y no querrán que el PSOE pueda ser acusado de trocear España. Por el contrario, si Sánchez no autoriza la "consulta pactada a los catalanes" acordada con ERC, éste partido puede bloquear la aprobación del Presupuestos, obligando a convocar nuevas elecciones. Unas elecciones en un clima de frentismo que no augura nada bueno para la estabilidad social y política de España. Un clima que, como se ha visto en el debate de investidura, corta puentes con la oposición de centro-derecha, algo malo para esa estabilidad.

En resumen, un panorama con incertidumbres, económicas, sociales y políticas que, unida a la debilidad parlamentaria del PSOE (120 diputados), arroja dudas sobre la fortaleza del Gobierno y la duración de la legislatura. Sánchez tendrá que sobrepasar muchos escollos a lo largo de la legislatura. Le será más difícil Gobernar que la investidura. Aunque bien es cierto que hasta ahora ha demostrado que tiene habilidades tácticas. Otra cosa es a donde esas "habilidades" conduzcan a España.

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