
Con la llegada del nuevo año las autopistas AP-4 y el tramo Tarragona-Alicante de la AP-7 dejarán de ser de pago.
España reafirma así su posición como el país europeo con menor porcentaje de vías de peaje (el 16 por ciento de la red). Es más, se trata del único Estado en el que ese porcentaje sigue disminuyendo, ya que en 2021 se esperan nuevas reversiones al Estado. Sin duda, el actual modelo de peajes necesitaba una reversión debido a su excesiva concentración en algunos territorios como Cataluña. Ahora bien, la plena gratuidad no constituye una respuesta sostenible. Será necesario buscar nuevos esquemas como la aplicación de la euroviñeta (la tasa al tráfico pesado) o adapta el sistema luso de tarifas que establece cobros, pero con fuertes descuentos para residentes.