Opinión

Sin incentivos para el ahorro a largo plazo

Las aportaciones a planes de pensiones van camino de cerrar en España su peor ejercicio desde 2012.

Pese a que falta que termine diciembre, mes clave para estas operaciones, la captación de sólo 175 millones hace difícil siquiera igualar los ínfimos números de 2018 (245 millones que contrastan con los casi 4.000 de hace 10 años). Resulta llamativo el desánimo de los inversores en un año como 2019 en el que su rentabilidad media llegó al 5,5 por ciento. De poco sirve ese comportamiento si, como el 65 por ciento de los españoles resalta, las ventajas fiscales de estos vehículos siguen siendo tan poco atractivas. La posibilidad de que el futuro Gobierno las reduzca más amenaza con desincentivar hasta un nivel crítico el imprescindible ahorro complementario para la pensión.

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