
Para Sánchez y sus palmeros, la vida política y social de España se reduce a una dicotomía: izquierda y derecha, negando cualquier complejidad. No es preciso insistir en que tal visión es absolutamente falsa y siempre lo ha sido, pues el entramado social es siempre complejo e intrincado. Hoy, España afronta como principal problema político y social el de los nacionalismos periféricos, que niegan la Constitución, es decir, la columna vertebral del Estado democrático, abriendo así un tajo peligrosísimo en la convivencia que no se puede salvar mediante palabras mágicas como "diálogo" o "negociación". "Diálogo y negociación", entre el Estado y estas Comunidades Autónomas "especiales", que siempre han concluido con menos competencias para el Estado y más ocupación ideológica de servicios –como la Educación- por parte de los supremacistas.
En vez de dialogar, se debe derrotar a los nacionalismos ya que amenazan la convivencia
Y visto que el "diálogo" sólo servirá para que el Estado se baje los pantalones y ya que estamos hablando de bajarse, se puede concluir que para que el Estado no se destruya o los nacionalismos se bajan del burro en el que están subidos o no hay nada de qué hablar con ellos. Es preciso derrotarlos y punto.
Como ha escrito no hace mucho –con gracia- el certero analista Ignacio Varela, si llegara a España un astronauta que hubiera pasado una larga temporada en misión espacial y alguien, por ejemplo su cuñado, le contara lo que aquí ha pasado hace solo dos años, a saber: que se produjo en España una sublevación institucional, que el Parlamento y el Gobierno de una comunidad autónoma derogaron la Constitución y su propio estatuto de autonomía, que intentaron celebrar un referéndum ilegal, y declararon por las bravas la independencia de su territorio.
Si añadiera que el Gobierno, con el apoyo del Senado, destituyó al Gobierno amotinado y la Justicia procesó y condenó a los responsables del alzamiento, aunque algunos de ellos se fugaron y ahora se intenta conseguir su extradición. Que uno de los fugitivos era el presidente de los sublevados, y su vicepresidente cumple condena de 13 años por sedición y malversación. Que uno y otro, y sus respectivos partidos, mantienen intactos sus objetivos y se han juramentado públicamente para repetir la asonada tan pronto como puedan.
Si el cuñado siguiera explicándole al astronauta que el único partido de ámbito nacional que avaló el referéndum ilegal, combatió la aplicación del 155, renegó de la acción de la Justicia y defiende el derecho a la secesión se dispone ahora a entrar en el próximo Gobierno de la nación con su secretario general como vicepresidente y varios ministros más, habiendo perdido además en dos elecciones la mitad de sus votos y que el vicepresidente de aquel Gobierno insurreccional, hoy presidiario, dirige desde su celda una negociación política con el partido del precario ganador, al que ya ha hecho firmar varios comunicados conjuntos en que ambas partes se reconocen recíprocamente como socios potenciales…
Si le contara todo esto y añadiera que el precario ganador de las últimas elecciones aguarda a que los separatistas solventen sus querellas domésticas y den luz verde a su permanencia en el poder, es seguro que el astronauta volvería a la nave espacial y se instalaría lo más cerca en Marte.
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