Opinión

Cuánto tributa la gran empresa española

Se cree que las grandes empresas pagan pocos impuestos

Hay una creencia bastante extendida de que las grandes empresas, especialmente las muy grandes, pagan muy pocos impuestos sobre sus beneficios.

Hasta ahora, tanto en España como en el resto del mundo, teníamos muy poca información y sobre todo muy parcial. Uno de los primeros frutos de las medidas internacionales contra la elusión fiscal internacional, BEPS (Base Erosion and profit shifting), es disponer, por primera vez de información global.

Ahora ya sabemos que las 134 grandes multinacionales españolas, es decir, aquéllas que facturan más de 750 millones pagaron a nivel mundial un 12,6 por ciento de tasa efectiva sobre sus beneficios en 2016. Esto incluye todos los impuestos sobre beneficios pagados a nivel mundial por todas las filiales, y todo el beneficio mundial. Esta ratio es el resultado último del informe country by country report, uno de los acuerdos "estrella" de los acuerdos BEPS.

Este porcentaje puede considerarse escaso o elevado, pero es similar, por ejemplo, al tipo medio del IRPF que fue del 12,3 por ciento sobre la renta bruta de los hogares en el mismo 2016. Es cierto que los tipos medios sobre base imponible en el impuesto de sociedades son superiores y están en el entorno del 20 por ciento. Esto quiere decir que una parte del beneficio no se refleja en la base imponible, y en consecuencia no se grava.

Por esta razón, el tipo medio de los grupos consolidados, es decir de las muy grandes empresas, fue en España del 6,14 por ciento sobre el resultado contable, mientras que ascendió al 19,01 respecto de la base imponible. Aquí nos encontramos con que los grupos ingresaron 6.862 millones de euros por impuesto de sociedades en España. Por otra parte, las 134 grandes multinacionales de matriz española ingresaban por el mismo concepto 14.260 millones. No son dos cifras directamente comparables, ya que no necesariamente todas las multinacionales tributan en régimen consolidado, pero sí es un régimen formado mayoritariamente por grandes firmas, que efectúan un porcentaje considerable de los ingresos.

Es falso que las muy grandes firmas no paguen Sociedades, pero algunas pagan una tasa ridícula

En consecuencia, parece que no era cierto, al menos en 2016, que las grandes empresas sólo pagasen un 6 por ciento de sus beneficios, ya que parte de estos beneficios eran dividendos y plusvalías provenientes del extranjero que habían tributado en sus países de origen. Pero, por otra parte, tampoco era cierto que las multinacionales españolas estuviesen pagando, sumando su impuesto de sociedades en todos los países, al mismo nivel que las pymes. Las empresas no integradas en grupos estaban tributando en 2016 a una tasa efectiva del 22,6 por ciento de la base imponible, y sobre todo al 15,6 por ciento sobre su resultado contable. En el caso de las multinacionales, el tipo medio mundial está en el 12,6 por ciento.

Ahora bien, 27 empresas con una cifra de negocios de 110.944 millones, que obtuvieron un beneficio de 25.325 millones sólo pagaron por impuesto de sociedades en todo el mundo 65 millones. La tasa efectiva mundial de estas 27 empresas sólo fue del 0,3 por ciento sobre sus beneficios.

En resumen, las grandes firmas españolas, pagaban a nivel global, un poco menos de lo que pagaban en tasa efectiva el resto de firmas españolas. No es cierto que todas las muy grandes empresas no paguen Sociedades. Ahora bien, sí hay unas cuantas que pagan una tasa ridícula. Esto solo se puede deber a dos razones: agujeros en la normativa o en el control en España o bien impuestos ridículos en el extranjero.

Seguramente, dado que estos tipos efectivos ridículos solo se dan en un 20 por ciento de nuestras grandes empresas, esta falta de ingresos se deba al origen de los beneficios en el extranjero. Pero esto también indica que habría que plantearse, especialmente a nivel multilateral, los mecanismos existentes para eliminar la doble imposición, para que no funcionen, en la práctica, como mecanismos para eliminar la imposición a secas.No se puede consentir que los beneficios se trasladen de jurisdicción para que acaben tributando en el país de nunca jamás. Y un primer paso imprescindible es saber dónde generan los beneficios los grandes grupos multinacionales. Y esto es algo que deben conocer las autoridades fiscales, pero a lo que los ciudadanos no pueden ser ajenos.

Los resultados que dio a conocer el miércoles la Agencia Tributaria son muy importantes: no sólo porque acaban con mitos arraigados en el subconsciente popular, y que debilitan la conciencia fiscal, sino también porque permiten un debate racional y con datos sobre los problemas a los que se enfrenta nuestro sistema fiscal. Conocer las zonas reales de sombra es el primer paso para enfrentarse a ellas.

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