Opinión

Cataluña sin España, un sinsentido

Quim Torra, presidente de la Generalitat de Cataluña

Los musulmanes invadieron el Reino Visigodo hasta Perpiñán que había pertenecido a la corona visigoda de Toledo formando un ducado, el de la Septimania junto a la Tarraconense.

Ducado desaparecido con la conquista islámica. Así que la reconquista española permitió a Cataluña recuperar sus esencias cristianas. Si los demás reinos de Hispania no hubieran realizado el esfuerzo conjunto contra el islam, que culminó en las Navas de Tolosa, Cataluña habría tenido muy difícil mantenerse cristiana. Ahora en lugar de Monserrat o del Monasterio de Poblet tendría mezquitas del Califato del Al-Andalus.

En el siglo XV los Remesans, los siervos, se rebelaron contra sus nobles catalanes. Tuvo que ir primero Juan II y luego el Rey Fernando de Aragón a resolver los problemas. Además, eran sus Señores naturales por lo que Cataluña se incorporó a España con la unificación de los Reyes católicos.

En La Paz de los Pirineos (1659) Cataluña perdió parte de su territorio por no haber apostado desde el principio al Rey de España. Pero después de conocer a las tropas francesas fueron los catalanes los que pidieron volver a esa corona. Firmada La Paz de los Pirineos el Rey francés prohibió el uso del catalán y su derecho en la parte septentrional de la que hasta entonces había sido Cataluña. Sin España Cataluña no es.

El 'president' Torra está deseando pedir ayuda al resto del país y decir que se ha equivocado

La Guerra de Sucesión contó con catalanes en los dos bandos (borbones y austrias). El aspirante de los austrias renunció a reinar en Madrid (y por tanto en Cataluña) y los abandonó a su suerte. Luego, los Borbones abrieron el comercio americano a Cataluña y empezó una era de prosperidad para el principado. Casanova, el cabeza del Consejo de Ciento de 1714, ejerció con éxito su carrera de abogado y en la guerra de la independencia contra Napoleón, el Tambor del Bruch fue la versión catalana de la guerrilla hispánica.

En la primera república el intento del Cantón de Barcelona fue desmontado por un Presidente (Figueras) y un ministro del interior (Pi y Margall) del Gobierno central, ambos catalanes. En la restauración de Alfonso XII, la regencia de Doña Cristina y los primeros años de Alfonso XIII, Cataluña desarrolló su industria, por ejemplo la textil; lo hizo gracias a una política económica autárquica con aranceles que encarecían los productos extranjeros para favorecer a los catalanes en España.

A principios del siglo XX, la Semana Trágica de Barcelona obligó al Gobierno central ha imponer el orden frente a pistolerismo anarquista. La burguesía catalana le pidió el restablecimiento de la convivencia ciudadana. No hay que olvidar que después la Dictadura de Primo de Rivera tuvo a su mando a un militar, que nacido en Jerez, era Capitán General de Cataluña ¿Casualidad?

Como ha ocurrido en el pasado, la dinámica autodestructiva acabará en caos

La declaración del Estat Català se hizo contra la legalidad republicana. Quizás por eso supuso una quiebra de la convivencia que acabó en la destitución del president Companys y sólo cuando Azaña llegó al poder fue restituida la Generalitat autonómica. Fue el Gobierno central el que le apoyó. Después la desgraciada Guerra Civil tuvo su reflejo dentro de Cataluña con su propia guerra civil interna.

En la Transición, fue empeño de todos los políticos españoles (incluidos los de Convergencia Democrática de Cataluña) el restablecimiento de la Generalitat. El President Tarradellas lo sabía y confirmó que Cataluña es porque es española. Los catalanes son españoles magníficos cuando se convierten en la vanguardia de España en temas como los empresariales, la cultura, la ciencia, y la política ¡Si, también en la política con mayúsculas! La democrática con el respeto a las leyes.

Ahora Cataluña se encuentra en otra encrucijada en la que se juega su ser. Contra lo que cree el president Torra, el expresident Puigdemont y los protagonistas del procés, Cataluña o es la parte más dinámica de España o no es. Los acontecimientos de los últimos días confirman esa tesis.

Dejada a su dinámica autodestructiva, como en la época de los Remesans, en la Semana Trágica o en la Guerra Civil, acaba en caos. España necesita a Cataluña y Cataluña necesita a España. Lo dice la historia.

Si los políticos catalanes quieren de verdad hacer un favor a su tierra deben ser conscientes de que sólo la solidaridad del resto de España les puede ayudar. Torra lo sabe y en realidad lo está pidiendo. Lo que pasa es que no se atreve a decir con claridad lo que los grandes de la historia son capaces de pedir: lo siento, nos equivocamos, ayudarnos. Todos estamos deseando hacerlo.

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