Opinión

Ante crecientes preocupaciones en nuestra economía

Situación económica española

Una Economía tan abierta como la que, a partir de 1959, ha pasado a ser la de España, no puede, de ninguna manera, dejar de tener en cuenta todo un conjunto de acontecimientos que surgen en la economía internacional y que, forzosamente, impactan negativamente en España.

En este momento, y en ese sentido, contemplamos por un lado el que dentro de lo que puede calificarse como un auge del nacionalismo económico, a causa  de impulso desde Estados Unidos, con plena alianza con el poder militar y político que esta nación tiene, de una ruptura con la línea de ampliación de relaciones económicas en general que se remonta al final de la II Guerra Mundial. 

Lo que ahora se contempla se liga, en este sentido, con aquella expresión famosa de Lincoln, cuando dijo, seguramente impulsado por el economista List que, si al llegar el invierno necesitaba comprar un abrigo, y si no existían barreras arancelarias, seguramente en la tienda le ofrecerían uno de tela inglesa; se  lo llevaría,  dejando dólares en la tienda, que saldrían forzosamente para Inglaterra y, a su casa en Estados Unidos, llevaría el abrigo. Pero si se impidiese la llegada de productos textiles británicos, cuando llegase el invierno, y se comprase un abrigo, éste quedaría en Estados Unidos, pero también en Estados Unidos permanecerían los dólares que se entregasen en la tienda., y esto con todas sus consecuencias, pues con esta política, se mejoraría el bienestar de empresarios y trabajadores norteamericanos. Eso es lo que palpita actualmente en las decisiones de  Trump, y  es evidente, que ya han surgido castigos para exportaciones españolas y, también  para las europeas, las cuales, al frenar sus rentas, automáticamente también repercuten claramente en España.

A ese golpe sobre nuestra economía puede unirse otro muy serio, si para triunfar electoralmente el PSOE, decide poner en marcha una rectificación importante en la política laboral que, el Gobierno de Rajoy había puesto en acción, siguiendo, conviene recordarlo, aquella línea política, fundamental para evitar una catástrofe económica, que dio lugar a los Pactos de la Moncloa. Y según se puede empezar a deducir de todo un conjunto de declaraciones que pretenden obtener el respaldo del mundo sindical más importante, no solo se acepta el sendero de alterar hacia la rigidez el mundo de la contratación laboral, sino que para aumentar este respaldo, al completarlo con gasto público, forzosamente se intentará respaldarlo de algún modo, con incrementos en la presión fiscal,  lo que -basta recordar la curva de Laffer-, afecta por supuesto al mundo empresarial, pero también al conjunto de la población en cuanto es consumidora.

A todo lo anterior es obligado agregar el impacto que provoca la reacción a causa de las exigencias del impacto el CO2 en la realidad climática del mundo. De ello se derivan impactos de costes , por ejemplo energéticos, que recaen, directa o indirectamente, en las exportaciones españolas, lo cual se liga al referido auge del nacionalismo económico, por un lado, pero además, ha surgido, pese a todo, un inicio de otro  choque petrolífero.

España se encuentra, cada vez más vinculada al conjunto económico de la Unión Europea. Por todo lo anterior se tiene que preocupar al observar en ésta frenos evidentes, pero, además, ha surgido  un problema muy serio en ella, al aparecer el Brexit. Hay unanimidad en las opiniones sobre esta negativa novedad  económica que, forzosamente, mucho nos daña.

Eliminar la política laboral de Rajoy supondría un duro golpe para empleo y crecimiento

Todos estos nubarrones parecen mostrar una proximidad obligada que, además no se puede aliviar para España, por la existencia de las que fueron crecientes inversiones de nuestro país en el área iberoamericana. Desde Argentina a México, y no digamos con casos como el de Venezuela o el reciente de Ecuador, la evolución actual cortará, y algo ya ha cortado las ventajas que espera nuestra economía.  Y tampoco es posible ignorar que el caos socio político y económico que ha surgido en África y en Oriente Medio,  también dificulta, más de lo que puede parecer, a nuestra economía, con algunas repercusiones inmediatas, como por ejemplo las relacionadas con la llegada de inmigrantes. Téngase en cuenta que España es la única  nación europea única más próxima a África, y que incluso, en Ceuta y Melilla, tiene fronteras físicas con ese mundo. Las consecuencias de esa diferencia fortísima del PIB por habitante, a un lado, y por otro la existencia de fronteras, no facilita precisamente, sino que complica, nuestro desarrollo. Quizás el fuerte avance último de Marruecos, puede aliviar algo, pero todo el conjunto africano, más bien nos perturba.

A todo lo anterior es obligado agregar el impacto que sobre el sistema bancario español, forzosamente generará el derrumbamiento de la tasa de interés. Debo a la cordialidad de ese gran economista y experto en cuestiones relacionadas con el mundo financiero que es el profesor Antonio Torrero, el haber recibido un Working  Paper del Banco de Pagos Internacionales, debido a Michael Brei, titulado Bank intermediation activity in a low interest rate environment , agosto 2019. Es preciso, además tener en cuenta, en cuanto en ese trabajo se señala, el planteamiento conjunto de K.Rogoff y Carmen Reinhart -la recientemente distinguida con el Premio de Economía Rey Juan Carlos-, en su espléndido trabajo The time is different eight centuries of financial folly (Princeton University Press, 2009). En él se ofrecen numeroso datos complementarios del trabajo de Michael Brei , relacionados con las consecuencias de la evolución de los tipos de interés a corto plazo. Concretamente se expone la evolución en España del impacto de lo sucedido por ello en la economía doméstica y en el  resto, lo que genera reacciones  respecto a la necesidad de salvar, a causa de ello  al mundo crediticio. La situación de España, en este sentido, no deja de ofrecer alguna preocupación en la comparación internacional, como se observa, por ejemplo, en la estadística adjunta de bancos salvados en los países económicamente más destacados del mundo, según Brei, en el periodo 1994-2005.

Y he aquí que se produce una perturbación en los ingresos de los sistemas crediticios a causa de la caída de los tipos de interés, y  no solo esto puede afectar negativamente al sistema crediticio, sino también a la economía doméstica española. Puede facilitar otro golpe adicional  sobre un aspecto de nuestra economía que se puede unir a los anteriores problemas reseñados, y que obligaría  a efectuar cambios importantes. Recuérdese que por motivos totalmente diferentes, la subida de los precios del petróleo en los años 70 generó el hundimiento, y una posterior reconstrucción, del sistema bancario español, con alteraciones muy importantes en su estructura. Recordemos que ello supuso el abandono de aquella ruta doble, iniciada por las medidas de Cambó en 1921 y 1922, al unir medidas bancarias que perduraron mucho tiempo, con el papel de la deuda pública y la política del Banco de España, y simultáneamente con incremento del proteccionismo. Ahora todo eso es historia, porque ha desaparecido aquella banca mixta. Lo que  presenciamos actualmente es un nuevo problema, que quizá  pueda obligar a algún tipo de reconstrucción de lo que parecía ya definitivo. El obligado ajuste de las actividades del negocio bancario tiene que obligar siempre a alguna modificación de sus actividades y, por supuesto, a que se añore aquella etapa donde existían enlaces con el mundo empresarial, especialmente con el industrial.  Pero actualmente la realidad exigida tendría que generar un cambio que evite volver a cualquier peligrosa situación. En su trabajo, Brei señala que los bancos van a tener, en actividades a corto plazo, una participación en ellas mayor, pero ¿esto no será muy peligroso? De todo lo que expone se deriva que Brei tiene razón cuando señala que los supervisores deben acentuar su papel, e incluso las novedades derivadas de los planteamientos europeos en el área del euro.¿Y todo esto no dejara también de perturbar aspectos concretos de la economía española?

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