El presente año va camino de terminar en las mismas, y complicadas, condiciones en que empezó.
Washington y Pekín volverán a sentarse a negociar (a partir de mañana), pero las expectativas se desinflan después de que EEUU amplíe su lista negra de empresas chinas y el gigante asiático amenace con represalias. Resulta así muy posible que continúe una guerra comercial que, según el FMI, restará casi un punto al avance del PIB global. En paralelo, la amenaza de un Brexit duro sigue latente, ante el interés del primer ministro Boris Johnson de plantear pulsos a la UE. En un escenario así, el inversor debe ser consciente de que la caída que ayer sufrió el Ibex, por debajo de nuevo de los 9.000 puntos, puede ser sólo el preámbulo de mayores descensos.