
EEUU y Francia llegan a un acuerdo sobre el impuesto que París aplica a las tecnológicas estadounidenses. El presidente Macron se compromete a adoptar el mecanismo para gravar a este tipo de empresas que la OCDE propondrá en 2020.
Además, Francia reembolsará a las firmas afectadas lo que su propia tasa haya podido recaudar de más. Se trata de un pacto adecuado que cierra el enfrentamiento diplomático con Washington y que, sobre todo, evidencia la inutilidad de actuar individualmente en el campo de la fiscalidad internacional. Sin duda, las empresas de internet deben tributar allí donde operan, pero lograrlo requiere de acuerdos multilaterales. Es una lección que el Gobierno español debe recordar para no recuperar su proyecto sobre una tasa Google española.