
LetterOne Investments, el conglomerado propiedad del máximo accionista de Dia (Mijail Fridman), registra pérdidas de 2.700 millones. Más que la cuantía, ya de por sí elevada, llama la atención el rápido deterioro que muestran las cuentas del holding propiedad de Fridman.
Bastaron tres años para que el valor de sus activos se desplomara más de un 20 por ciento. Ese descenso dice muy poco de la capacidad gestora que el equipo del magnate ruso despliega en múltiples campos (alimentación, salud, comunicaciones...). Si a ello se suma el socavamiento que la credibilidad del propio Fridman presenta, tras ser imputado judicialmente por la quiebra de Zed, sólo puede concluirse que existiendo dudas sobre cuál será la evolución futura de Dia.