Opinión

Urge evitar que Podemos gobierne

Cien días después de las elecciones generales de abril, el Rey recibió en Palma al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Tras el encuentro, Sánchez exhibió un lenguaje de mayor dureza que el que ha utilizado en los últimos tres meses. No en vano aseguró que la insistencia de Podemos en hablar de desconfianza hacia el PSOE le ha contagiado de ese sentimiento y ahora él también se ve distanciado de Pablo Iglesias.

El jefe del Ejecutivo hizo así un alegato en pro de un Gobierno en solitario de los socialistas cuyo significado, no obstante, es más profundo. Es obvio que el PSOE no está en condiciones de prescindir de apoyos; en consecuencia, lo que Sánchez realmente quiere decir es que está dispuesto a convocar unas nuevas elecciones en noviembre si no logra cosecharlos. Sin duda, como el propio Felipe VI expresó el domingo, volver a llamar a las urnas dista de ser la solución más deseable ya que añadiría otros tres meses de interinidad a la Administración pública. Sin embargo, debe valorarse que Sánchez no esté dispuesto a plegarse a las exigencias que Podemos impone como peaje. El desembarco de la formación de Iglesias en departamentos tan medulares como Trabajo, Igualdad o Transición Energética, constituye la peor de las expectativas para la economía española. Máxime en un momento como el actual en el que el avance del PIB y la creación de empleo están en franca desaceleración. En nada ayuda tampoco el resurgir de la inestabilidad internacional, con el nuevo miedo a una guerra de divisas entre EEUU y China. En un escenario así, la prioridad es evitar que Podemos tenga influencia en el Gobierno, incluso convocando otras elecciones si fuera necesario.

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